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Mientras en el mundo se celebra el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, las féminas de este país sólo lloran y lamentan la situación que viven a diario. Muchas han pasado por el penoso dolor de perder un hijo a manos del hampa o bien de algún uniformado que cumple con órdenes o decretos emanados por sus superiores, donde disparan a mansalva contra manifestantes amparados por la Constitución, que sólo exigen un país mejor.
Tanto el gobierno de Nicolás Maduro como el del difunto Hugo Chávez, se han caracterizado por colocar a mujeres en altos cargos; lamentablemente, estas sólo siguen órdenes de una filiación política y no actúan de manera independiente. Con todo el respeto que se merecen por ser damas, las invito a que se sensibilicen por la situación: A la Fiscal General de la República que realmente se comporte como la señora de la Justicia, ciega y objetiva a la hora de tomar decisiones; a la ministra de Interior, Justicia y Paz, que aplique mano dura al hampa y no apoye ciertos decretos que sólo da una especie de licencia para matar; a la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia para que dirija un Poder Judicial y deje de favorecer abiertamente al régimen, sirviéndole de piso jurídico, así como favoreciéndolo en todas las sentencias; a la presidenta del Consejo Nacional Electoral y su combo para que sean imparciales y cumplan la normativa electoral, que no se traduce en otra cosa que garantizar el equilibrio en cada proceso comicial; a la ministra de Salud, para que se enfoque en resolver la crisis hospitalaria, la escasez de medicinas y trabaje en beneficio de erradicar enfermedades que por falta de políticas sanitarias han proliferado en nuestro país; a la ministra de Asuntos Penitenciarios, que gestione para acelerar ciertos procesos y de esta manera los privados de libertad cumplan sus condenas, la invitamos a humanizar las cárceles y no a seguir siendo estos reclusorios universidades de hampones y criminales; a la ministra de Comunicación para que informe al pueblo de manera verás, sin ocultar la realidad de un país que se cae a pedazos; a la ministra de la Mujer para que realmente respete y haga valer todos y cada uno de los derechos de las venezolanas, a la Primera “Combatiente”, para que realmente se enfoque y sea una especie de conciencia del primer mandatario nacional, que sea la voz de todas las mujeres que aspiran un mejor porvenir. Que sea combatiente ante tantas penurias y problemas que atraviesan los venezolanos. En fin, invito a las mujeres precitadas y que conforman todos los poderes, a que comiencen a actuar de manera institucional y no sigan haciéndolo como un brazo represor del PSUV.
Hoy mi reconocimiento sincero a todas las verdaderas luchadoras que son ejemplo de trabajo y empeño, aquellas que se levantan bien temprano para alistar a sus pequeños y enrumbarlos a sus centros de estudios, mientras ellas se quedan con el alma en vilo y rogando a todos los Santos para que sus niños regresen con vida a sus hogares. Esas mujeres que día a día hacen de tripas corazón y aguantan horas en largas colas para obtener artículos de la cesta básica, esas mujeres que aspiran tener paz y vivir en un país mejor, las invito a que no desmayen, que todos los sacrificios que a diario hacen es por querer un mejor futuro para todos y serán recompensadas más temprano que tarde.
Recordemos todos los días, que hace 38 años, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Hagámoslo valer y cumplir.
Por Omar Ávila