¡Nadie se salva! ¿Qué es lo peor que te puede pasar en un elevador? - Lea Noticias

¡Nadie se salva! ¿Qué es lo peor que te puede pasar en un elevador?

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Un ascensor transporta a cientos, y en algunos casos hasta miles, de personas diariamente, por lo que es común que todo tipo de situaciones surjan en ese pequeño espacio de cuatro paredes.
Hombres y mujeres son protagonistas y testigos de momentos que van desde lo más romántico, hasta lo más bochornoso, claro está, sin olvidar pasar por agradables charlas o silencios incómodos.
Los sitios cracked.com y rinconabstracto.com, han publicado algunos ejemplos de este tipo de momentos, y en De10.mx hemos hecho una recopilación para presentarte las situaciones más "típicas" en un elevador. ¿Te ha tocado vivir alguna?

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Oprimir el botón antes de tiempo. Estás en espera del ascensor, pero es hora "pico" y parece que todo el edificio decidió subir y bajar al mismo tiempo. Después de varios minutos de espera, por fin se abre la puerta, pero te das cuenta que no cabe un sólo alfiler, por lo que decides esperar a que regrese de nuevo.
El problema es que tras la desesperación de que regrese pronto, oprimes el botón antes de que el elevador continúe su camino, haciendo que se abra la puerta de nuevo. En ese momento te conviertes en el punto de atención de todas esas personas apretadas que apenas pueden respirar y que por tu culpa, llegarán más tarde a su destino.

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El silencio incómodo. Vas caminando por los pasillos de tu oficina platicando con un amigo sobre "fulanito" y su ridícula forma de ser; en ese momento, al llegar al ascensor, se abren las puertas y justamente en la mayor carcajada, quien es el protagonista de tu charla, se encuentra en el interior.
El silencio se hace inmediato, por lo que subes con tu amigo al elevador, permaneciendo todos callados mirando hacia arriba directo al indicador de niveles durante sólo 3 pisos, pero que gracias al silencio incómodo, parecen ser 40.

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El ringtone gracioso. La mayoría de los traslados en ascensores suelen ser en silencio, por lo que recibir una llamada telefónica al celular, es muy evidente. Esto puede resultar muy incómodo para quien recibe la llamada, pues todos en el elevador estarán al pendiente de sus palabras.
Pero aún más incómodo, sería que todos escucharan tu ringtone "culposo", con una melodía totalmente fuera del ambiente en el que te desenvuelves, o con un chiste repleto de palabras altisonantes.

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La charla que no termina. Te subes al elevador mientras platicas con alguien más, pero esa persona no piensa subirse, por lo que al darse cuenta que viene vacío, no le importa colocarse en la puerta para evitar que se cierre y continuar la charla, sin tomar en cuenta que es obvio que tú deseas irte.

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Flatulencia. Esto sucede más veces de lo que te imaginas, ya sea por estar enfermo o por simple proceso digestivo, alguien dentro del elevador, sin pudor, deja salir una apestosa flatulencia. Lo peor de esto, no es que tengas que respirarla, sino que el sujeto del gas baje antes que tú, justo en el piso en que sube quien podría ser el amor de tu vida, pero que por el cálido aroma, prefiere memorizar tu rostro para evitarte siempre que pueda.

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La pasión. Encontrarse a una pareja expresando su amor en la calle puede llegar a ser algo muy común, pero puede ser muy incómodo cuando esto sucede en un elevador, estando tú adentro con ellos.
En la mayoría de los ascensores es fácil distinguir cuándo se ha llegado al piso deseado, por lo que muchas parejas que se encuentran a solas, dejan de besarse antes de que las puertas se abran, pero hay ocasiones en las que no logran percatarse y por ende, son descubiertos.
Seguramente las cámaras de seguridad en los ascensores tienen mucho que contar al respecto.

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El niño mal educado. Típico, no falta el niño mal educado con la mamá peor educada. Los botones siempre serán atractivos para un infante y la tentación de oprimirlos es, a veces, inevitable para un niño que sube al elevador emocionado. Lo peor es que además de que haya oprimido todos los botones y tengas que hacer una parada en cada piso, no puedas decirle nada, porque su madre parece hasta premiarlo por su "hazaña".

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Invasión del espacio vital. Cuando el elevador está lleno, se entiende que las personas tengas que permanecer muy pegadas a las otras, pero no cuando sólo hay dos personas. Hay quienes por alguna razón, creen que sólo pueden estar parados en un lugar exacto dentro del ascensor, sin importar si esto invade tu espacio vital.

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Oprimir el botón equivocado. Seguramente esto alguna vez te ha pasado, subes al ascensor y oprimes el botón equivocado, el de un piso anterior a tu destino. Si vas solo en el elevador, esto no causa mayor problema, pero cuando hay más personas, es fácil sentir sus miradas acusándote como si hubieras cometido el peor de los pecados.

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Oprimir el botón de alarma. La mayoría de los elevadores no sólo están equipados con sistemas de seguridad que ayudan a evitar accidentes, sino que además, para casos de cualquier tipo de emergencia, cuentan con sistemas de comunicación y una alarma sonora que ayuda a notificar a otras personas sobre alguna situación de peligro.
Este botón de alarma está a la vista de todos en el panel de control del ascensor y, por lo mismo, en algunas ocasiones se llega a oprimir accidentalmente, lo que provoca, en algunos casos, que elementos de seguridad y de emergencia se movilicen rápidamente para atender el llamado de auxilio. Al abrir la puerta, sólo estás tú, sano y salvo, con la sonrisa tímida por haber accionado la alarma por error.

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