La caída de sus ventas y la pérdida de cuota de mercado durante el primer trimestre de este año ya comienzan a pesarle a la finlandesa. La firma de cálculo de riesgos Moody’s ha rebajado la calificación de la creadora de Lumia a un nivel indeseablemente cercano a los bonos basura.
Tras la muestra de sus bolsillos la semana pasada, Nokia se desplomó en 21,66% en Helsinki en sólo dos días y con ello desató la oleada de comentarios entre especialistas que coinciden en que el incierto futuro de la socia de Microsoft no será sonriente. Así, Standart & Poor’s y Fitch, junto a Moody’s conforman la triada que en acciones independientes rebajó un peldaño la calificación crediticia de la finlandesa a largo plazo, llevándola muy cerca del bono basura.
Un detalle interesante de estos análisis es la predicción de que el éxito de Lumia no bastará para salvar a Nokia del abismo y, lo que es peor, que la compañía deberá enfrentar reformas profundas que detengan su caída que hasta hace poco se vio ralentizada con el éxito sostenido de la fabricante en el segmento de los móviles básicos y desde el cual ahora también suenan las alarmas como consecuencia del andar seguro de Samsung en todos los niveles y la penetración cada vez mayor de fabricantes chinos.
“El paso de Nokia en sus dispositivos inteligentes de Symbian a móviles basados en Windows Lumia está resultando más difícil de lo esperado, dado que las ventas de Symbian están cayendo muy rápidamente mientras que las ventas Lumia se incrementan poco a poco”, dice Moody’s.
Otro factor que llama la atención ha sido la rápida defensa de Nokia en este particular, saliendo rápidamente al ruedo para decir que la empresa sigue siendo sólida cuando en muchas ocasiones similares el silencio es el arma a utilizar. Pero Nokia es consciente de que ha traído el caos a mucho de todo lo que rodea su imagen y ahora se ve en obligación de exponer que, entre otras cosas, se mantendrá en pie con un bastón de 4900 millones de euros netos de liquidez.
En cuanto al efectivo en caja, no olvidemos que Nokia se ha planteado más reformas que acabarán con puestos de trabajo y le ayudarán a disminuir costos. Sin embargo, la historia de esta compañía nos ha enseñado lo que puede llegar a costar confiarle mucho a muy poco.