El que fuera biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, cronista parlamentario en Inglaterra, ha dicho que es ‘terriblemente triste’ pero que la reina Isabel II no podrá reanudar su trabajo como soberana porque a su edad, 94 años, sería un riesgo inasumible ejercer de reina en tiempos del coronavirus. El príncipe Carlos, que durante los últimos años ha ido asumiendo más responsabilidades, ya estaría preparado para ascender al trono y Camila de Cornualles también lo estaría para acompañarlo como reina consorte. Así lo reseñó Informalia.ElEconomista.es:
Según ha confesado esta fuente tan cercana a los royals británicos en The Telegraph, el Covid-19 «prácticamente ha puesto al príncipe Carlos en el trono» porque es «demasiado arriesgado» que la soberana regrese en mitad de estos tiempos tan convulsos por la pandemia, que en el Reino Unido se ha cobrado ya más de 40.000 vidas. Cabe destacar que por su avanzada edad, cumplió los 94 años el pasado mes de abril, la monarca pertenece al grupo de personas de riesgo frente al azote de la pandemia.
El que fuera el autor de la recordada biografía de Lady Di, Diana, su verdadera historia, da por sentado que el coronavirus «ha hecho más daño a la monarquía que Oliver Cromwell», líder político y militar inglés fallecido en 1559 que convirtió a Inglaterra en una república denominada Mancomunidad de Inglaterra.
Para Morton supone una gran tristeza la posible abdicación de la reina Isabel II, que lleva ostentando el reinado durante más de 68 años, convirtiéndose en la monarca más popular de todo el mundo y una de las más queridas por su pueblo: «Es terriblemente triste, pero no puedo ver cómo la Reina puede reanudar su trabajo. El virus no desaparecerá pronto y estará con nosotros durante meses, si no años».
El escritor señala que «sería demasiado arriesgado para la reina comenzar a conocer gente de manera regular». Algo que le va a pesar mucho a la propia Isabel: «Siempre le ha encantado salir y conocer gente, pero no puede correr el riesgo», ha agregado.
Isabel II permanece confinada a cal y canto junto a su marido, el duque de Edimburgo, en el Castillo de Windsor, donde hace unas semanas se la pudo ver por primera vez a lomos de uno de los caballos que tanto aprecia por los jardines. Fuentes de la Casa Real británica ya comunicaron que este verano no se trasladaría hasta el Castillo de Balmoral, en Escocia, donde tradicionalmente pasa sus vacaciones veraniegas para aislarse de sus tareas británicas durante unos meses.
La misma fuente señaló a The Sunday Times a comienzos de mayo que la monarca no regresaría a sus deberes reales hasta otoño, si por aquel entonces las aguas de la pandemia bajan más calmadas: «La Reina no hará nada que vaya en contra de los consejos del gobierno para las personas de su edad. Se está discutiendo sobre lo que se podrá o no se podrá hacer en octubre. No hemos cancelado una gran cantidad de compromisos, pero en este momento no entra nada en la agenda de Su Majestad», señalaron por aquel entonces a dicho diario.
A pesar de estar confinada y descansando en Windsor, la monarca no desatiende a su pueblo en estos momentos tan complicados. Durante el tiempo de cuarentena, ha lanzado dos discursos históricos. El primero, en abril, para mandar un mensaje de ánimo a los británicos y a los sanitarios que luchan incansablemente contra la pandemia; y el segundo este mismo viernes, para conmemorar el 75 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Además, la abuela de Guillermo de Inglaterra y el príncipe Harry también está en permanente contacto con el primer ministro británico, Boris Johnson.
La última vez que apareció en público fue el pasado 9 de mayo, cuando acudió al servicio religioso por el día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster, donde también acudieron sus familiares más preciados como el príncipe Carlos y su mujer, Camila Parker Bowles, y el príncipe Guillermo y Kate Middleton. Durante este día también tuvo lugar la última aparición real de Meghan y Harry, que residen en Los Ángeles desde finales de marzo, cuando comenzaron a ser económicamente independientes.
[Fuente: Informalia.ElEconomista.es]