¿Premio o castigo? por Alirio Bolívar

Si usted observa detenidamente la foto que publicaron los periódicos en su edición del pasado domingo, se dará cuenta que el rostro del general Carlos Mata Figueroa exhibe un sonrisa forzada, que no irradia felicidad, a pesar de que había llegado a Margarita el día anterior para asumir la candidatura a la gobernación de Nueva Esparta con el respaldo del PSUV. La nota de color fue el sombrerito sanjuanero de cogollo que le daba cierto parecido con el Conde del Guácharo.

Razones le sobran al militar para estar preocupado. Debe comenzar desde cero, sin una sola obra que exhibir en las islas en los trece años de gobierno del presidente Hugo Chávez, de manera que los margariteños y cochenses no tenemos nada que agradecerle al socialismo del siglo XXI. Por el contrario, en el afán centralizador nos quitaron la administración de puertos y aeropuertos, y nadie sabe a dónde van a parar las ganancias que antes se destinaban a atender necesidades de nuestras comunidades.

Para que no llegara con las manos vacías lo llevaron a inaugurar un lote de viviendas construidas a la carrera en Juangriego, y en medio de la euforia ofreció construir otras 3.500 en lo que resta del año. Nadie fue capaz de advertirle que estaba cometiendo un pecado porque ofertas como esa las han hecho los candidatos del oficialismo cada vez que se presentan a elecciones, de manera que a este pueblo no le se puede seguir cayendo a coba.

Pero como dijo Morel, vamos a rezarle a la Virgen del Valle para que en esta campaña el general construya aunque sean las viviendas que necesitan 300 familias damnificadas, abandonadas a su suerte por el gobierno chavista en posadas y hoteles de Margarita desde hace más de dos años. Ellos también votan.

Mientras el candidato oficialista nos ofrece villas y castillos, el Consejo Federal de Gobierno engavetó media docena de proyectos presentados el año pasado por la gobernación para construir 1.200 viviendas. Si hubieron aprobado los recursos esos proyectos estarían bien adelantados, porque como dice el pueblo: “Morel Si cumple”.

La preocupación del general a se justifica porque hay que ser un verdadero genio militar y político para enfrentar y derrotar con las manos vacías una obra de gobierno tan formidable como la de Morel Rodríguez, que tiene el reconocimiento de toda la población. Y esas dotes, con todo respeto, no las exhibió el general a lo largo de sus treinta y pico de años de carrera. ¿Sera que en vez de un premio Chávez le dio un castigo?.

Por Alirio Bolívar