El pueblo de Nueva Esparta se ha manifestado, para protestar el abuso de una empresa eléctrica que aplica cortes de luz mañana, tarde, noche y madrugada, aduciendo que el consumo se ha incrementado y el flujo energético ha disminuido, cuando la verdad es que estamos pagando las consecuencias de un sistema de gobierno que nunca hizo el mantenimiento requerido a los equipos generadores en las plantas, ni realizó las inversiones de ampliación de redes como debió hacerse desde hace diez años.
Estamos viviendo la realidad de una situación anunciada desde hace tiempo, cuando expertos en la materia alertaron, tanto al gobierno como a la población, de lo que estaba por venir y que irremediablemente está sucediendo, porque no hay energía para tanta gente, no sólo en Nueva Esparta sino en toda Venezuela. Es la factura de la improvisación, del saqueo, de la ignorancia y del abuso de poder al que nos han sometido y que irremediablemente estamos pagando todos, sin excepción.
En el caso particular de Nueva Esparta el panorama es un tanto más grave porque la condición de insularidad tiene limitaciones que se agravan por el aumento de la población, que se ha residenciado aquí por la calidad de vida que tenemos, más la cantidad de visitantes que viene por temporadas, porque vamos a estar claros, somos el destino turístico preferido de los venezolanos y de muchos extranjeros también.
Indudablemente, todo esto ha generado un mayor consumo energético que naturalmente requiere más megavatios, de allí que se adquirieron unas plantas eléctricas para subsanar la situación, pero ¡ohhh sorpresa! se las regalaron a los “hermanos” nicaragüenses que, pobrecitos, las necesitaban. Y así fue como nos despojaron de estos equipos que eran indispensables para nuestro bienestar y desarrollo económico.
El pasado año nos sometieron a un plan de racionamiento de energía que fracasó, porque la matriz de opinión que generó el gobierno nacional es que los venezolanos “malgastamos la luz”, y entonces nos explicaron que debíamos sentarnos a coger fresco en vez de encender el aire acondicionado o cocinar con leña, por decir apenas dos insensateces.
Este año nos volvieron a aplicar el “plancito de racionamiento” con un ingrediente adicional: la penalización por la falta de cumplimiento de bajar el consumo, es decir, una multa que es inconstitucional, ilegal y que por supuesto, nadie va a pagar.
Desde hace una semana, el ensañamiento de “Cortoelec” con la población neoespartana ha sido tan dramático, que la gente desesperada -porque ya no se la cala más-, ha recurrido a la protesta elemental de quemar cauchos y cerrar las vías, acciones efectivas para drenar la indignación, pero que no van a lograr que nos arreglen el problema del suministro eléctrico.
Ahora solo nos falta escuchar una vez mas al ministro de Energía, quien viene a Margarita para las festividades de la Virgen del Valle, decirnos en la anunciada rueda de prensa, que la culpa de los cortes de luz que estamos padeciendo es nuestra, “por encender tantos aires acondicionados y no apagar las luces en la noche cuando lo que debemos es estar durmiendo”.
El pueblo de Nueva Esparta es sabio y el tiempo de creerles las mentiras a los fariseos ya pasó. Todos sabemos que la situación energética no va a mejorar porque es un problema de fondo, pero para resolverlo medianamente, las plantas eléctricas son la solución, por lo tanto exigimos al gobierno nacional que nos las devuelvan o que nos compren otras con todos esos reales que le entran al país o con los que le regalan a otras naciones.
Y que no se engañe el gobierno nacional con la pasividad, la alegría y la bondad de este pueblo pacífico y risueño, que a Pablo Morillo -cuando la batalla de Matasiete- le recordó a los bravos espartanos de la antigua Grecia.
Isla de Margarita
01 de Septiembre de 2011
Emma Oliveira de Sosa / CNP 1145