De acuerdo a la vieja teoría dualista, posición filosófica en la que se considera que existen dos sustancias, la física y la mental (Res pensante y Res cogitans, según Descartes), surge la idea de la muerte psicológica.
El dualismo afirmaba que ambas sustancias poseían propiedades diferentes y que, aunque trabajan en conjunto todo el tiempo, poseen cualidades independientes; una opera sobre el cuerpo, y la otra sobre el pensamiento.
De igual forma, la muerte psicológica puede darse independientemente de que una persona se mantenga viva o no, a pesar de que la persona esté operando fisiológicamente; esto es, aunque funcionen el corazón, el cerebro y el resto de los órganos y conexiones nerviosas.
Se puede decir que una persona muere psicológicamente cuando pierde todo interés por lo que le rodea, y se extingue todo intercambio comunicativo. Así como las personas podemos sufrir la pérdida de un ser querido por su muerte física, también podemos sufrir la muerte de alguien debido a su «retirada» psicológica.
Una muerte psicológica implica que la persona ha dejado de ser ella misma; su «yo» se ha retirado o extinguido, las características que definían su carácter y temperamento se han esfumado, ya no queda nada de su persona «original», de tal forma que tal pareciera que se mantiene en un estado vegetativo permanente.
Sin embargo, la diferencia entre el estado de coma y la muerte psicológica se da por el hecho de que a esta última frecuentemente le precede un evento importante, como la pérdida de un ser querido o algún evento que concibe como muy penoso o difícil de asimilar, lo que provoca una disminución o pérdida de sus funciones perceptuales, cognitivas y emocionales respecto al mundo que lo rodea, y hace que no afronte la dura realidad con tal de no sufrir.
Bajo esta concepción se puede hablar de muerte psicológica en el caso de personas con trastornos psicóticos que han deformado la realidad mezclándola con su mundo interno, y bloqueando los contenidos procedentes del exterior los cuales considera que le hacen daño.
Asimismo, se puede hablar de muerte psicológica cuando la persona que sufre la pérdida de un ser querido «muere» al poco tiempo de acontecido el suceso, lo que provoca que no le encuentre sentido a seguir existiendo y asimilar el duelo. En otros casos la persona deja de ser ella misma, los familiares y amigos lo desconocen y lo perciben como alguien diferente.
Algunas personas manifiestan de forma diferente la concepción de la vida, sus principios y valores, y se comportan de forma distinta en su trabajo, en sus relaciones personales, escolares, etc. El origen de dicho cambio lo relacionan a una especie de auto reflexión o insight asociado a motivos espirituales, pérdidas, accidentes o eventos que los llevan a tomar otra actitud ante la vida, como si volvieran a nacer.