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La semana pasada el candidato del presente-pasado y del continuismo, Hugo Chávez, descargó su furia, en un montaje para desvincularse de la mala gestión local y regional, en contra de la alcaldesa de Barcelona, Inés Sifontes, y del gobernador Saab. Chávez criticó a los que hasta hace poco eran parte de ese "solo gobierno" que defendía a capa y espada.
El presidente-candidato estalló en colera por el mal estado de la capital de Anzoátegui, fustigó a su alcaldesa, a aquella a quien le levantó la mano en una concentración en la Av. Caracas de Barcelona, pero lo cierto es que sí Chávez casi pierde los estribos, en esa representación de actor de cuarta, para zafarse de la pésima gestión de Sifontes, si hubiera venido a Puerto La Cruz entonces el abanderado del comunismo hubiese tenido que arrodillarse y pedir perdón, hacer un "mea culpa" de, por lo menos, cinco horas para que sus propios seguidores lo absuelvan por haber puesto como alcalde a Stalin Fuentes.
Si hubiera venido a Puerto La Cruz el presidente saliente estaría aún en medio de una crisis de pánico porque no sólo la ciudad está vuelta un desastre gracias a la incapacidad del alcalde, sino que las fuerzas de la democracia nos hemos multiplicado y estamos aguardando con paciencia y diligente activismo el día de las elecciones para demostrar que somos mayoría.
Podemos aseverar gracias a las palabras de Hugo Chávez, que en su caminar de desechar lo que ya no le sirve (El diablo mal paga a quien bien le sirve), éste no permitirá ni que Tarek sea candidato, ni que la "negra Inés", como ella se hizo llamar en su campaña del 2008, ni Stalin Fuentes sean los abanderados del oficialismo en la futura contienda regional y municipal, porque simplemente lo rayan.
El chavismo se queda sin gobierno, está dando sus últimos pasos hacia una derrota que parece inevitable, no solo en Anzoátegui sino en todo el país. Así como el candidato-presidente conoce que han fracasado como gobernantes, de esa misma forma debería estar consciente de que eso de que "una cosa son los alcaldes y otra Chávez" la gente, por lo menos de Puerto La Cruz y Anzoátegui, no se la cala y le achacan a él la responsabilidad de promover los gobiernos locales y regionales que destruyeron a nuestra entidad.
Señor Presidente no hace falta que usted regañe a Inès Sifontes, ni a Stalin, ni a los demàs alcaldes que han sido nefastos en sus administraciones, ni menos al gobernador, porque cada uno de estos recibiràn sus merecidos en dìa de las elecciones, como usted también lo tendrá cuando resulte derrotado frente a Capriles Randonski.
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Nos encontramos la próxima semana en este mismo espacio apreciado lector.
Por: Simone Augello / @simone_augello