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Quizá recuerdes la película Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), en la cual los protagonistas, Jim Carrey y Kate Winslet; después de haber vivido una relación que no terminó del todo bien, deciden someterse a un tratamiento en el que les borran todos los recuerdos que tienen el uno del otro.
Es una cinta muy conmovedora, pero sabíamos que lo que estábamos viendo era ficción; porque no es posible eliminar parte de nuestra memoria a nuestro gusto… Bueno, eso era lo que creíamos, sin embargo, estudios recientes demuestran que es posible borrar recuerdos traumáticos que no nos permitan seguir con nuestra vida.
Como lo publica el sitio pijamasurf.com, anteriormente las personas que habían pasado por algún acontecimiento muy doloroso se sometían a terapias, en las que les contaban su experiencia a los especialistas, para que de esta forma pudiera liberarse de esos sentimientos que derivaban en un trastorno de estrés post-traumático.
No obstante, este tratamiento no era del todo acertado, ya que recientes descubrimientos en el campo de la neurociencia han aclarado lo que en realidad sucede al interior de nuestro cerebro cuando intentamos enfrentar esos recuerdos desagradables.
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La posibilidad de eliminar por completo memorias específicas de nuestro cerebro se debe al descubrimiento de que nuestra memoria no se comporta como creemos. En términos generales, la memoria no es un bloque definido en el que se van grabando nuestras vivencias, permanecen ahí hasta el día en que ya no las recordamos más.
De acuerdo con algunos expertos en neuroquímica, la memoria es más volátil y no se puede decir que los recuerdos se almacenan; su comportamiento es más complejo, es decir, cada vez que recordamos algo, el cerebro vuelve a formar ese recuerdo, pero en cada ocasión hay sutiles variaciones; mismas que están ligadas a las circunstancias en que en ese momento nos encontramos (física, emocionalmente) y a nuestras experiencias vividas.
Es en este punto, en el que la neurociencia interviene para identificar la manera, a nivel cerebral, en que se forman los recuerdos. De hecho, se ha determinado que la memoria no se establece en un solo lugar, sino que se resguarda en varias zonas, lo cual depende del tipo de recuerdo, por ejemplo, las emociones negativas en la amígdala, los elementos visuales en el córtex visual, los auditivos en el córtex auditivo, etc.
Bajo este contexto, que se ha generado mediante investigaciones en la neurociencia, se ha demostrado que con la combinación química correcta, es posible manipular la memoria y en particular, llegar al grado de borrar un recuerdo doloroso para siempre y sin afectar otras funciones cerebrales.
De hecho, en el articulo que publica Jonah Lehrer en el sitio wired.com, se menciona que "En el futuro el acto de recordar algo será una decisión".
Actualmente hay tratamientos contra la depresión que incluyen la droga MDMA (éxtasis); ya que esta sustancia genera emociones positivas en el cerebro. Durante el proceso, se hace que el paciente asocie los eventos traumáticos con los sentimientos positivos de la MIMA; el resultado, es que el 83 por ciento de los enfermos, mostraron una gran disminución el los síntomas en menos de dos meses.
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Sin embargo, lo que pretende la neurociencia es una especie de inyección muy precisa que ataca el dolor de un recuerdo, para eliminarlo, y que así la persona pueda seguir con su vida normal, sin la necesidad de cargar con ese peso.
Pero esta propuesta, de ser capaz de controlar la memoria, no se limita a darnos acceso de administrador a nuestros cerebros. Nos da el poder para dar forma a casi cada aspecto de nuestras vidas. Si lo miramos desde este punto de vista, suena un tanto aterrador, ya que el humano está acostumbrado a aceptar la naturaleza incontrolable de la memoria, no podemos elegir lo que debe recordar u olvidar, pero ahora parece que pronto vamos a tener la capacidad de alterar nuestro sentido del pasado.
De hecho, nos hemos adaptado a que el dolor nos enseña a vivir; y es aquí donde entra la ética de las personas, ¿qué tan bueno es tener el poder de controlar nuestro pasado?
Por el momento, por supuesto, dichos tratamientos se mantienen en un modo totalmente hipotético, una vanguardia limitada al laboratorio. Pero no dudemos que en un futuro no muy lejano, esto sea parte de nuestra vida.
