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Tom Cruise, conocido por su discreción, parece haber cambiado su carácter. Después de haber dejado en evidencia al DJ Connor, invitándose a una de las veladas en la que impidió que le sirvieran alcohol, tampoco se cortó un pelo a la hora de coquetear con sus amigas.
Recientemente, la estrella millonaria fue incapaz de pagar la cuenta de un restaurante de Inglaterra. Tom fue al restaurante Veer Dhara, y para vergüenza suya, su tarjeta American Express no fue aceptada por el sistema.
Pero esto no es nada con relación al último capítulos de sus ya numerosas desventuras. En efecto, el actor de cincuenta años, tuvo la cara dura de pedir que desalojaran el restaurante, echando a todos los clientes del restaurante del hotel Forza Mare en Dobrun en Montenegro, para que el actor pudiera comer solo. Tom pretendía tener un momento de intimidad e insistió en que nadie más tenía derecho a estar en la misma sala que él.
El encargado del local no aceptó su petición, y enfadado por la actitud del actor, declaró al magazine The Sun: “¿Quién se ha creído que es? El hotel estaba completo, y eso hubiera sido injusto para el resto de clientes”.
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