El vigilante voluntario George Zimmerman acusado de asesinato en segundo grado por la muerte del joven negro Trayvon Martin en febrero pasado, desatando una polémica nacional, se disculpó ante la familia del adolescente este viernes en una audiencia para pedir libertad bajo fianza.
"Lamento la pérdida de su hijo", dijo Zimmerman, de 28 años, al pasar al prestar declaración en una corte de Sanford, centro de Florida (sureste de Estados Unidos), donde por primera vez enfrentó a los padres del adolescente muerto en un confuso incidente el 26 de febrero pasado, destacó AFP.
"Pensé que era más joven que yo", agregó el vigilante voluntario, vestigo de traje y corbata pero esposa, tras asistir a esta audiencia ante el juez Kenneth Lester Jr. después de haberse entregado a las autoridades el 11 de abril y permanecer detenido en la cárcel John E. Polk del condado de Seminole.
El sospechoso enfrenta una pena de cadena perpetua por un asesinato en segundo grado, crimen por el cual usualmente no se otorga fianza en Florida.
El juez de la causa fijó una fianza de $150.000 para Zimmerman.
Los padres del vigilante de origen hispano, Robert y Gladys Zimmerman, así como su esposa desde hace cinco años Shellie, prestaron su testimonio por teléfono y fueron interrogados por el abogado del acusado, Mark O’Mara y el fiscal estatal Bernardo de la Rionda.
"Nunca ha sido una persona violenta a menos que sea provocado", dijo el padre en una de sus declaraciones y aseguró que su hijo "ha sido una persona honesta toda su vida".
De su parte la defensa de Zimmerman, cuestionó la declaración jurada de los investigadores la noche del crimen, sobre todo por utilizar la palabra "confrontación" sin que estuviera claro quién empezó la supuesta pelea o la naturaleza de las heridas que el vigilante mostró luego de dar un disparo en el pecho al joven que caminaba tras comprar dulces, hacia la casa donde se encontraba su padre en una urbanización privada.
[Fuente: Agencia]
La muerte de Trayvon Martin desató la ira de la comunidad afroamericana -según la cual imperó el prejuicio racial- y provocó un duro debate a nivel nacional al que se sumaron el presidente Barack Obama y congresistas negros.