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Los recientes homicidios en perjuicio de la humanidad del Alcalde de Rio Caribe, de los Comisarios del CICPC en el estado Zulia, o del posadero de Boca de Uchire, por citar los últimos sonados de los cincuenta homicidios que ocurren a diario en el país, además engrosar esta fatídica lista, dejan al Gobierno sin la posibilidad de continuar con la justificación perpetua de nunca tener responsabilidad de nada.
Lamentablemente no todos los homicidios tienen la misma connotación, lo cierto es que policialmente los casos mediáticos quedaran resueltos, pero la gran mayoría entraran al saco de la impunidad, y serán los familiares y amigos más cercanos de alguna de estas víctimas quienes den las cifras reales de una delincuencia que se apodero de una nación sin gobierno, de un país dirigido por indolentes e incapaces en tan álgida materia. Cuando se está enfermo lo primero que toca es reconocer la enfermedad, y estos gobernantes oficialistas usan cualquier tipo de maromas o estrategias para justificarse y calificar algún modus operandi o móvil de los hechos que no sean atribuibles a sus competencias, porque fíjense, el caso del alcalde acaso no es atribuible a la descomposición social, a la exclusión o a la delincuencia común?, el sicariato de los comisarios no demuestra el irrespeto y la minusvalía de los funcionarios ante el hampa organizada y artillada?, o el homicidio del posadero de Boca de Uchire no tiene parte de su origen en ese discurso de odio entre clases que se ha creado en el país? donde se le hace entender a los zánganos que pueden poseer los bienes de otro con mayor posibilidad económica a través de la fuerza y la violencia.
La inseguridad no se puede seguir manejando en el país solo con discursos políticos o algunos lemas publicitarios como lo han sido: “Guerra al Hampa”, “Ruta Segura”, “ A Toda Vida Venezuela”, “ Plan Patria Segura” o el fulano “Patrullaje Inteligente”, solo por citar algunos de los veinte planes de seguridad fracasados de este Gobierno, como tampoco debemos regresar a una inconstitucional Ley de Vagos y Maleantes, es hora de ponerle seriedad al asunto, y al delincuente buscarlo sin tregua, comenzando por los grandes capos de la política o del narcotráfico, para que pueda existir un efecto cascada de modelaje para el resto de la sociedad.
Hay que destacar los resultados negativos arrojados por el ultimo experimento de patrullaje “disque” inteligente, pongamos un ejemplo, creen ustedes que los choros son tan pendejos como para no medir el tiempo de reacción y secuencia de la patrulla del cuadrante?, y más aún, es que acaso ellos no pueden discar el mismo número telefónico con que cuenta la ciudadanía pero para utilizarlo de forma perversa? denunciando delitos donde no los hay con la finalidad de dejar un área liberada de esta patrulla inteligente ; estamos de acuerdo que esta prevención del delito debe ser permanente, aleatoria y envolvente por parte de los uniformados, pero al delincuente debe perseguírsele, mantenerlo en jaque, de lo contrario seguiremos en las manos del malandraje inteligente. Pero hay que ser enfático, aquí en Venezuela no solo debe haber ley para el hijo de la panadera que se robe una bombona de gas, o para el “jibaro” que vende unas piedras de “crakc” en las veredas de Los Tronconales, debemos construir un sistema de justicia donde se sancionen a todos conforme a los delitos cometidos, como es posible esta cachetada que nos acaban de dar los “gringos” con la detención de un capo egresado de nuestras Fuerzas Armadas, eso debió investigarse aquí Venezuela y el gobierno permitir las sanciones correspondientes; ya están saliendo algunos inmorales atacando la actuación de la DEA, pero debemos recordar que antes que la agencia de drogas americana actuara, la vinculación con el narcotráfico del General Hugo “El Pollo” Carvajal fue denunciada por varios funcionarios del alto gobierno que luego debieron huir del país.
Por Emilio Guzmán Rojas