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10 ejemplos de nuestro avance en la búsqueda de vida inteligente

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En las misiones astronómicas, la búsqueda de vida alienígena, ya sea primitiva o inteligente, tuvo siempre alta prioridad. La astrobiología es la rama de la ciencia que intenta responder preguntas vinculadas a la vida extraterrestre. Es un campo multidisciplinario, que toma elementos de la biología, química, física y astronomía para teorizar e investigar esta antigua inquietud.

10 ejemplos de nuestro avance en la búsqueda de vida inteligente

El humano es un ser curioso, se hace preguntas constantemente. Una de ellas, y probablemente una de las más antiguas, se podría formular así: ¿hay vida inteligente más allá de nuestro planeta? Es una pregunta polémica, que da pie a múltiples respuestas. Algunas un tanto conservadoras… otras totalmente descabelladas.

Vivimos en una época regida por la razón: la ciencia toma mayor protagonismo día a día. El avance de la ciencia e ingeniería es indudablemente vertiginoso. Hace ya más de 45 años el hombre dejaba su huella en su satélite natural, la Luna. 45 años después no solo estudia con mayor detalle esta luna, sino la de planetas distanciados a miles de millones de kilómetros.

Te propongo un viaje fascinante, para vislumbrar solo 10 avances y tecnologías en nuestra incesante búsqueda por nuevas formas extraterrestres.

10. Mensajes espaciales

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Por más de 50 años, SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) se ha encargado de detectar ondas de radio espaciales. En 1974, el famoso astrónomo Frank Drake, emitió el primer mensaje de ondas de radio dirigido a potenciales extraterrestres, el «mensaje de Arecibo». Hasta donde sabemos, todavía no hemos recibido una respuesta. Por otro lado, la sección de óptica del SETI está trabajando en la detección y recepción de rayos láser espaciales. Al contrario de los mensajes por radio frecuencia, los mensajes ópticos dependen de potenciales rayos extraterrestres apuntando hacia la Tierra. Drake cree en un comportamiento altruista por parte de los alienígenas. No todos los científicos comparten su optimismo: muchos de ellos creen que debemos tener una posición pasiva y solo esperar a un eventual contacto.

9. Lingüística

Algunos investigadores creen que antes de mirar hacia afuera, debemos entender más el adentro. Quizás comprender mejor la naturaleza de los miles de lenguajes e idiomas que conocemos, nos ayude a dilucidar futuras señales extraterrestres y no confundirlas con meras interferencias. Luego de estudiar 60 idiomas humanos, los científicos hallaron huellas y estructuras en los que coinciden; por ejemplo, poseemos palabras conectivas como «si» o «pero» que son clave en todos los lenguajes. Algunos animales, como los delfines, poseen estructuras lingüísticas semejantes. Si bien todavía no comprendemos del todo su idioma, reconocemos 140 sonidos distintivos. Comunicarse con otros animales inteligentes podría ser un gran comienzo para lograr comunicarse con extraterrestres. El biólogo Denise Herzing creó un juego donde los delfines y el hombre aprendían mutuamente un lenguaje primitivo y compartido.

8. No todo es lo que parece

Las tácticas que emplea SETI dependen fuertemente de la capacidad que tengan los extraterrestres de enviar señales espaciales. Seres que posean tecnología son indudablemente inteligentes, pero… ¿lo inverso también es cierto? Como ya apuntamos, los delfines son animales inteligentes, pero no por ello desarrollaron tecnología. También se está estudiando la comunicación química de las plantas; tal vez el cerebro no sea tan necesario como parece. En ambos casos, seríamos nosotros los que deberíamos actuar para contactarlos.

Sin embargo, hay otra limitación que nos impediría comunicarnos con ellos. Cuando observamos objetos muy distantes en el telescopio, no las vemos como se verían en el presente, sino como se vieron en el pasado. Esto es consecuencia de una magnitud física: la velocidad de la luz. Supongamos unos seres inteligentes que habitan un planeta a 1000 años luz de la Tierra. Si nos observasen con sus telescopios, observarían nuestro planeta en el año 1015, época en la cual estábamos lejos de poseer dispositivos que reciban sus señales.

7. Sociología

No solo las ciencias exactas y naturales toman partida en la búsqueda de seres extraterrestres, los sociólogos también hacen su contribución, como el libro gratuito Archaeology, Anthropology, and Interstellar Communication. Los arqueólogos tienen innumerables dificultades para estudiar y comprender antiguas civilizaciones, de las cuales solo restan documentos incompletos en lenguajes que no siempre se terminan de descifrar.

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¿Te imaginas lo que sería entender un mensaje alienígena de los cuales no tenemos ningún conocimiento previo? Por otro lado, implícitamente asumimos que hay solo una cultura de seres extraterrestres. Esto no tiene porqué ser cierto. Dado el caso, es probable que tendremos que lidiar con un entorno fragmentado, con diferente cultura y puntos de vista, como nuestro propio mundo.

6. Huellas de calor

Científicos de la NASA, a través del WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), buscan huellas de calor a lo largo de miles de galaxias que sugieran la presencia de seres extraterrestres. Los investigadores creen que, si los alienígenas emplean tecnología avanzada, esta dejaría radiación electromagnética que podría ser medida.

Desafortunadamente, los científicos no hallaron aún evidencia fehaciente de civilizaciones avanzadas. Tal vez los alienígenas están allí, solo que no son tan tecnológicos como los solemos imaginar. No obstante, el grupo de investigación halló 50 galaxias con radiación de calor anormalmente alta. Los pasos a seguir son estudiar en detalle estos resultados para discernir si la radiación es causada por fenómenos naturales o son una impronta de vida extraterrestre.

5. Alienígenas ahorristas

Otra cuestión que solemos dar por alto es sobre los recursos de los potenciales alienígenas. Por alguna razón suponemos que poseen recursos ilimitados para comunicarse con nosotros. Si la propia NASA enfrenta problemas presupuestarios, ¿por qué ellos no podrían pasar por una situación similar? Científicos de Microwave Sciences creen que los extraterrestres podrían utilizar frecuencias del orden de 10 gigahertzios, la cual es capaz de generar un poderoso rayo de forma sencilla y económica.

En cambio, los astrónomos del SETI monitorean radiación de menor frecuencia. Para economizar los recursos, los alienígenas tal vez emiten pulsos de información en vez de radiación continua. Con este tipo de estrategia, recibiríamos los mensajes unas pocas veces al año. En este sentido, existieron casos aislados donde se recibieron señales de dudosa proveniencia. La señal de 72 segundos WOW recibida en 1977 fue unas de ellas.

4. Vida basada en hidrocarburos

Los biólogos no pueden concebir la vida sin la presencia de agua. Sin embargo, han surgido recientes líneas de investigación sobre otros líquidos, como el metano, el cual está presente en grandes cantidades en Titán (una de las lunas de Saturno). Los científicos creen que con diferentes moléculas de éteres, pertenecientes a la familia de los hidrocarburos, serían necesarios para formar biomoléculas.

La temperatura del planeta también sería un factor clave. Al igual que el agua, los hidrocarburos pueden hallarse en estado sólido, líquido o gaseoso. Cuanto más chico son los hidrocarburos, menos propenso a estar en estado líquido son. El satélite Titán, al parecer, es demasiado frío para albergar vida. En nuestro Sistema Solar no existe un planeta con la temperatura adecuada para permitir la formación de océanos de hidrocarburos, pero con el continuo descubrimiento de exoplanetas, la idea de una nueva química de la vida puede volverse realidad.

3. Contacto protocolar

En 1950, la armada de Estados Unidos promovió el programa Seven Steps to Contact, un protocolo en caso de ocurrir el milagroso contacto extraterrestre. En primer lugar, los estudiaríamos a la distancia, obteniendo la mayor cantidad de información posible. Luego, los visitaríamos furtivamente para evaluar si poseen armas y vehículos. Si nuestra tecnología fuese superior, entonces visitaríamos su planeta para estudiar su conducta.

En el otro escenario, aterrizaríamos en un sector sin población del planeta para tomar muestras de plantas y animales autóctonos. Los militares también recomendaban secuestrar alienígenas para estudiarlos en detalle. Finalmente nos haríamos notar por los extraterrestres lentamente, siempre en actitud pacífica, hasta el encuentro definitivo. ¿Utilizaríamos alguna vez este protocolo? ¿Y si ya fue empleado?

2. Nanosensor

¿Un planeta que contiene agua necesariamente alberga vida? Falso. Los científicos eligen planetas candidatos a poseer vida de acuerdo a la presencia de biomarcadores, como la presencia de oxígeno o agua. Sin embargo, con esta metodología es muy fácil obtener falsos positivos. Para resolver esta limitación, investigadores de Suiza y Bélgica crearon un dispositivo que tiene la capacidad de detectar vida sin valerse de biomarcadores. El dispositivo, denominado nanosensor, puede detectar pequeñas fluctuaciones metabólicas en cualquier superficie y, por lo tanto, actividad celular, la mínima unidad de vida que conocemos.

El nanosensor fue aprobado satisfactoriamente con bacterias, células humanas, células de ratón, células vegetales y también con levaduras. Asimismo, el nanosensor no detectó células muertas, únicamente células metabólicamente activas, también dio positivo en la detección de microorganismos en solución acuosa y en la tierra. Si bien el nanosensor aún es un prototipo, tiene un gran potencial para convertirse en una herramienta valiosa en la búsqueda de vida extraterrestre. Es sencillo, rápido, pequeño y no necesita información bioquímica de ningún tipo. En conjunto con otras herramientas de uso contemporáneo, podría ser la clave para desentrañar misterios sin resolver.

1. Mas allá de Marte

Marte es, indudablemente, el planeta en el que más inversión se ha hecho en la búsqueda de vida extraterrestre. Sin embargo, las denominadas lunas heladas, como Enceladus, Europa o Ganymede, ubicadas bastante más lejos que el planeta rojo, poseen mayor probabilidad de albergar vida. En este momento, cinco sondas y dos robots están estudiando Marte y ninguno en las lunas mencionadas. Una de las causas de estos hechos es nuestra relativa facilidad para llegar a Marte. En aproximadamente 8 meses es factible que una sonda ya orbite al planeta rojo.

En cambio, para llegar a las misteriosas lunas de Júpiter y Saturno necesitamos entre 6 y 7 años. Esto no quiere decir que no sepamos nada de ellas, la sonda Cassini ha obtenido vasta información de las lunas de Saturno y se prevee para el 2022 una sonda en Europa, una de las tantas lunas de Júpiter. En la actualidad, se cree que el mejor lugar para buscar vida extraterrestre es Enceladus.

Además de tener agua en estado líquido, los científicos hallaron evidencias de fuentes hidrotermales activas; agua y calor son dos factores muy prometedores en al búsqueda de nuestros primos lejanos…

Fuente: [ojocientífico.com]

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