Estos son los 10 peores momentos en el transporte público (horribles + no incluye atraco)

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El transporte público puede ser una «bendición» o una experiencia incómoda. En algunos lugares son mucho más eficientes y efectivos que en otros. Y aunque existan varios detalles que no nos gusten, es imposible negar que nos facilita la vida.

Pero, ¿qué es lo que hace que a veces el transporte público sea un viaje incómodo? Pues nuestro comportamiento, ¿qué más?

El sitio electrónico cracked.com comparte una lista de conductas indebidas que suceden nada más y nada menos que en el metro, el microbus, entre otros: ¿con cuál te identificas?

1. El que se molesta cuando le pides permiso. La mayoría de nosotros estamos cansados, enfadados, con ganas de llegar a casa o con prisa de llegar al trabajo. Pero, nada nos cuesta ser amable.

Uno de las cosas más comunes que suceden es que tengas que pedir permiso a un pasajero para que te de «chance» de sentarte a su lado. Lo reprobable es que existe gente que se enoja. ¡Sí, se enoja!

No entendemos el por qué, pero mucha gente se ofende cuando le haces la amable solicitud de que se mueva y te deje pasar.

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Lo peor es cuando ignoran tu petición y terminas metiéndote al lugar «a duras penas». Y para acabarla de amolar, se ofenden porque los molestaste. Lo que nosotros no sabíamos es que a lo mejor estaban meditando y los sacamos de trance. Pero ¡vamos! Nada nos cuesta ser amables.

Así que para evitar «malos entendidos», lo mejor será pedir fuerte y claro que queremos pasar.

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2. Cuando no cedes el lugar. En pleno siglo XXI, una de las cosas que se deberían hacer con mayor facilidad y sin pensarlo es ofrecer el asiento a quien más lo necesite.

Si el camión, metro, combi o lo que sea va muy lleno y de repente una mujer embarazada se acerca, nada nos cuesta otorgarle nuestro lugar. ¡Párate!

¿Quién necesita más el asiento tú o ella? Sí, sí, probablemente estés muy cansado y tengas mucho sueño, pero ¡vamos! Puedes hacer un esfuerzo.

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3. El sentado de elefante. En la mayoría de los transportes públicos viene establecido el pedazo de asiento que le toca a cada quién, ¿por qué ocupar más de lo que necesitamos?

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La consideración es buena idea cuando se trata de tener un espacio en el autobús, metro, combi o lo que sea. Todos estamos cansados, todos queremos descansar, aunque sea en un limitado espacio.

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4. Los fisgones. No lo niegues, seguro tú también has volteado a ver lo que está leyendo o escribiendo el otro.

Es común que cuando vamos a recorrer distancias largas, llevemos un libro, periódico, revista o algo para leer o para escribir, o hasta vamos contestando mensajes en el celular. Lo que no podemos creer es que exista gente que de verdad está interesada en eso que estás haciendo.  ¿No te ha tocado esa persona que estira el cuello para ver lo que haces, leer lo que lees o leer lo que escribes?

Probablemente, también estés aburrido y sea normal que quieres entretenerte, pero asegúrate que no andes fisgoneando cosas personales.

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5. Puertas de entrada y salida. En los camiones tenemos la ventaja de que algunas veces existe una puerta para entrar y otra para salir. Lamentablemente, no en todos los transportes es así.

Entonces, ¿cuándo es puerta de entrada y cuándo es puerta de salida? ¡Fácil! Cuando es puerta de salida en cuanto se abre y hay que gente que ¡quiere salir! Así que no nos queda de otra más que esperar a que salga y luego entrar. Sí, así de fácil.

Aunque tengamos prisa, será más rápido y en orden que dejemos salir primero y luego entremos… O a poco no es molesto cuando quieres salir y las personas «apuradas» por entrar te retienen en la puerta y empiece una lucha de empujones para ver quién entra o quién sale.

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6. Los «carga todo». Es normal que necesitamos trasladar algunas cosas con nosotros, como es la mochila para la escuela. Pero esto puede ser molesto. Las mochilas ocupan mucho espacio y cuando son las horas pico, cada centímetro del transporte es un espacio vital para los pasajeros.

Pero a muchos de ellos o de nosotros les parece totalmente ajeno «el sufrimiento» que le pueda estar causando a otra persona con su carga y sus movimientos «delicados».

Hay que hacer caso a las «reglas de etiquetas del transporte público». Por favor, si llevas mochila, quítatela de la espalda y mantenla sobre tus pies, tratando de que ocupe el menor espacio posible.

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7. Los ruidosos. Muchas son las personas que no tienen ni la menor idea ni preocupación del ruido que están haciendo.

¿Todos tenemos que escuchar tu conversación, la manera en la que cantas, lo mucho que te puedes reír? No es necesario.

Queremos un viaje tranquilo, que nos permita descansar, leer, pensar, crear o lo que sea, pero para eso no es necesario tener mucho ruido alrededor, tal vez es suficiente con el del tráfico.

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8. La alimentación. Hay que aprovechar cualquier minuto del día, así que entendemos cuando alguien no alcanzó a desayunar o comer y lleva su alimento en el transporte. Está bien cuando se trata de una fruta o un sándwich, pero la cosa se pone fea cuando son alimentos que se pueden olor a menos de una fila de distancia.

No es que no huela «rico», es que muchas veces vamos apretados, con mucho calor, con hambre o muy llenos y lo menos que queremos es estar oliendo la torta de tamal de alguien más.

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9. Cortarse las uñas. Sí, como lo lees, hay que gente que mientras va en el camión o en el metro aprovecha para cortarse las uñas.  Y la verdad es que pocos son los que juntan los restos que cortan para tirarlos en un lugar adecuado y aunque fueran muchos, ¿qué necesidad hay de cortarse las uñas en el transporte?

Esta es una práctica que bien la podemos hacer en casa, así que de preferencia hagamos eso, pues es desagradable hasta escuchar el «click» del cortaúñas.

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10. Sin cambio. Esto es para las dos partes, tanto para los pasajeros como para los choferes: ¿cómo es posible que no tengamos cambio?

Son las 5 de la mañana, casi, casi eres el primero en tomar el transporte y quieres pagar con un billete de 500 pesos… ¿Qué? Vamos, cómo quieres que el señor chofer tenga cambio tan temprano, está bien que sea parte de su trabajo, pero no hay que exagerar.

Aunque, claro, como pasajeros tampoco es agradable cuando tienes prisa, te subes a un taxi, te lleva a tu destino, intentas pagar y ¡no trae cambio! Seguro ya perdiste valioso tiempo en lo que trata de cambiarlo con el de la tienda, con el del camión o con quién sea.

Seamos conscientes y procuremos llevar cambio. Las dos partes.

De10.com.mx

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