5 de julio 2013, Capriles Comandante en Jefe por @carlosvalero08

Han transcurrido 9 meses desde aquel histórico 7 de octubre, cuando tras largas horas de espera, idas y venidas de Tibisay y de Jorge Rodríguez,  desde el CNE a Miraflores, llamadas incesantes a través de los interministeriales para chequear que hasta el último empleado público votara, con la particularidad de que a medida que éstos ejercían su derecho al voto, la distancia en los exit pool para Capriles aumentaba. El ex presidente no podía creer que estaba derrotado.  De nada sirvieron los millones de dólares invertidos en la campaña, todas las trampas y obstáculos fueron inútiles. En la sala situacional de Palacio se debatía sobre el escenario de desconocer y jugarse a rosa linda, contaban para ello con el apoyo de los Cubanos y de varios integrantes del foro de Sao Paulo, pero los militares se opusieron, con el argumento de que ellos vieron los millones de votantes y que la alternativa democrática contaba con todas las actas que evidenciaban la diferencia de más de 1.5 millones de votos a favor de @hcapriles, sumado a un pueblo activo defendiendo su triunfo. En el rostro de todos se notaba la desesperación, dicen que alguien escucho decir al ser supremo “Yo ya no sé vivir sin poder”

Es así como a las 12 30 de la noche el país entero salió a la calle a celebrar el fin del periodo de mayor despilfarro y engaño a los más débiles. Se puso fin a los años de cadenas, atraso, militarismo inútil y división del pueblo venezolano.

Comenzaba la hora del progreso, el trabajo en equipo, de la educación como palanca para superar la pobreza y de usar el petróleo como herramienta para dejar atrás la dependencia del llamado oro negro y poder industrializar el país aprovechando nuestras ventajas competitivas en turismo, telecomunicaciones, transporte, minería, servicios, entre otros.

Volviendo al 5 de julio de 2013, en el país se había dado un interesante debate sobre el carácter civilista de la fecha y de común acuerdo se decidió continuar con el tradicional  desfile, pero devolviéndole el simbolismo de unión y  reencuentro entre todos los venezolanos, razón por la cual se invitaron a todos los gobernadores, al parlamento en su conjunto, a las fuerzas vivas de la sociedad de la sociedad sin distingo político.  El 5 de julio nuevamente era una fecha de unidad en torno al ideario de los libertadores. Para @hcapriles era una locura autodefinirse como el nuevo libertador, así que Bolívar, pero también Páez y todos los próceres de la independencia, pasaron a ser el centro de la fecha patria, junto al pueblo transformado en ciudadano.

Hacia 5 meses que el nuevo gobierno se había instalado, la Ley d Misiones fue uno de los primeros instrumentos aprobados por la misma Asamblea que tan sólo meses atrás la negaba. Avanzada aceleradamente el proceso de construcción de más de 1000 escuelas y el nuevo gobierno le dio propiedad plena a todos aquellos que recibieron “viviendas sin título de propiedad”. El plan de industrialización sin exclusión se desarrollaba a toda máquina, y el plan seguridad para todos, coordinado con las diferentes instancias de gobiernos, le estaba ganando aceleradamente la batalla a la muerte. Salvo pequeños episodios aislados por grupos altamente ideologizados, causo sorpresa como frente a la nueva realidad política, los poderes hasta ayer fieles representantes del socialismo del atraso, daban señales de colaboración e inclusive entregaban pruebas de los desmanes ocurridos con la mayoría de los fondos parafiscales, cuyo proceso de auditoría era un auténtico cangrejo.

En vez de las tropelías de un gobierno inquisidor, @hcapriles respondía a todos aquellos que pedían venganza y de alguna manera inconsciente pretendían que éste aplicará todo el poder que el antiguo régimen había concentrado en la presidencia, que a él el pueblo no la había elegido para ser juez, sino para conducir al país al progreso y a la unidad y que además, la justicia tiene las manos muy largas y debe dejarse que ella actúe.

Estimados lectores, estamos en los albores de lo que será un gran triunfo para el país, lo narrado en los párrafos anteriores se logrará en la medida de que estemos convencidos de ello y trabajemos incansablemente para lograrlo.

Al gobierno se le terminó el plazo que el pueblo le dio. Nos toca a todos nosotros garantizar el triunfo convirtiendo la emoción en organización y haciendo un “compromiso de poder” con el pueblo, para empoderarlo y saldar la deuda histórica que se tiene con el país.
Se puede y vamos a ganar. Los venezolanos merecemos más.

 

Por: Carlos Valero / @carlosvalero08