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Eva Marrero recibía en su casa, en el sector Cementerio Viejo de Pariata en Maiquetía, agua de jueves a domingo, cada semana. Ese suministro y el tanque colocado en su platabanda la ayudaban a pasar la semana con agua en su casa, en donde además de ella, su esposo y dos hijos, vive en la planta alta, su hija con el marido y sus dos nietos. Pero esta es una historia del pasado, porque desde que comenzó el presente año el suministro llega a su casa cada dos o tres semanas. Ahora ha dispuesto de pipotes y jarras de plásticos que antes tenían agua mineral para enfrentar la falta de agua.
Lo que vive la familia de Marrero es similar a lo que atraviesa 80% de la población de Vargas. No importa si se vive en un barrio o en una urbanización. No hay distinción si es en una casa humilde o en un apartamento a estrenar, o si es privado o construido por el Estado. En Vargas no hay agua potable para satisfacer la demanda, que crece a diario y el panorama se ha complicado con una sequía prolongada. Informó eluniversal.com
Por lo pronto, no hay soluciones estructurales confiables a la vista. La última oferta es la culminación del Sistema Tuy IV para el año 2014. Las lluvias coyunturales tampoco son solución, pues obedecen a un frente frío y la sequía podría prologarse otros dos meses.
De acuerdo a fuentes de Hidrocapital Sistema Litoral, que coordina el suministro de agua potable de Vargas, la situación es muy compleja.
Se depende de tres aducciones: la de los diques Naiguatá y San Julián para el eje Macuto, Caraballeda y Naiguatá; la conexión Maya-Picure que suministra agua desde Catia La Mar hasta La Guaira; y la aducción Caracas-Litoral, que alimenta al eje del sector Zamora, barriadas altas de Urimare y Catia La Mar, ubicadas a la altura de la autopista Caracas-La Guaira.
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Problema de vieja data
Cuando se está en un nivel óptimo este sistema bombea 1.600 litros por segundo, pero la demanda real de la entidad supera los 3.000 litros por segundo. Desde hace 20 años son contados los hogares que reciben agua desde el sistema de manera diaria, dependen de un cronograma de distribución. La población y la demanda ha crecido, pero la producción de agua no.
«Ahora se agudiza la crisis porque la sequía ha disminuido el caudal de captación de Maya-Picure, de 900 mil litros de agua por segundo a 400 mil litros, lo que ha traído como consecuencia una reprogramación prolongada de agua cada 15 días. A esto le sumamos los nuevos usuarios, como los residentes de Ciudad Caribia o los nuevos desarrollos de la Misión Vivienda. Ahora es que trabajamos en paliativos para esa demanda adicional», advierte una fuente de Hidrocapital, que prefiere no ser identificada.
Un paliativo costoso son las cisternas. La prioridad del Gobierno regional son escuelas, hospitales y los urbanismos construidos por el Estado. Quienes residen en zonas como Las Colinas o Playa Grande, deben adquirir cisternas a un costo de Bs. 800 cada una. Un edificio de 60 apartamentos puede requerir hasta de cinco camiones para contar con una hora de agua por tres días.
Entre tanto, enfermedades relacionadas con la ausencia de agua potable como dengue, diarreas y escabiosis, registran repuntes en las estadísticas sanitarias.