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A principios del pasado mes de junio invitamos a la vicepresidenta de Globovisión, la colega periodista y gran amiga, María Fernanda Flores, a dictar una Conferencia en San Cristóbal. La intención era conocer de cerca la situación jurídica y legal por la que estaba atravesando ese canal luego de la multa por 9.3 millones de bolívares que le había impuesto Conatel.
María Fernanda atendió gentilmente la invitación que le hicimos, y el 21 de junio, a las 7 de la noche, en el auditorio del Museo del Táchira, expuso con lujo de detalles la difícil situación jurídica y legal por la que estaba atravesando ese canal de televisión. Una de las preguntas que más llamó la atención de los presentes, fue la que le hizo un estudiante de Comunicación Social de la ULA Táchira: Por qué el gobierno de Hugo Chávez no ha terminado de cerrar a Globovisión?
Con la gentileza que siempre le caracteriza, María Fernanda Flores respondió a la inquietud diciendo: “eso mismo nos hemos estado preguntando nosotros desde hace mucho tiempo. No sabemos las razones por las cuales el gobierno no nos ha cerrado. Lo que sí puedo decirte es que ganas no les falta. A veces pienso que no nos han cerrado porque de alguna manera Globovisión les sirve para mantener el disfraz democrático que llevan encima. Pero si no fuera por eso, hace mucho tiempo que nos hubiesen hecho lo mismo que le hicieron a RCTV”.
Justo una semana después de esas declaraciones, el jueves 28 de junio, a pocas horas de haberse celebrado el Día Nacional del Periodista, el Tribunal Supremo de Justicia le demostró a María Fernanda Flores, al país y al mundo que, ciertamente, no es por falta de ganas que el gobierno no ha cerrado al canal de noticias Globovisiòn. Si a ver vamos, ganas es lo que le sobra.
Entre gallos y medianoche, el TSJ presidido por una magistrada que declara no compartir la separación de los Poderes Públicos, y que no disimula su empatía con proyecto socialista que lidera Hugo Chávez Frías, decreta el embargo de los bienes de Globovisión y aumenta a casi 25 millones de bsf (25 mil millones de bolívares de los de antes) la suma a pagar por el canal de noticias a Conatel.
Pero eso no es lo más grave. Lo grave es que la decisión del TSJ, tal como lo informó el abogado de Globovisión, Ricardo Antela, fue adoptada sin que se llenaran los extremos legales correspondientes, y más que eso, violando el debido proceso. El abogado dijo que “la medida de embargo contra el canal no está contemplada en el ordenamiento jurídico”.
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En pocas palabras, según Antela, el TSJ no solamente se extralimitó en sus funciones, sino que se metió las leyes en el bolsillo de atrás. Y todo para satisfacer los deseos del Comandante en Jefe, quien parece no soportar que Globovisión esté prestando sus cámaras y sus micrófonos para que hombres y mujeres humildes de los barrios y de los sectores populares, manifiesten su inconformidad y su descontento.
Esa es la verdadera preocupación de Hugo Chávez: ver todos los días en la pantalla de Globovisión a esa gente que se queja, esa gente que reclama, esa gente que denuncia, esa gente que amenaza con no ir a votar nunca más por Chávez ni por su nefasta revolución.
Chàvez ha ordenado al canal 8, a Radio Nacional y a todos los medios de comunicación que se encuentran bajo el manto protector de Miraflores que por nada del mundo saquen a relucir los reclamos, las quejas, las denuncias y las demandas de la gente pobre y humilde. En los medios de incomunicación del gobierno, ese tipo de informaciones jamás aparecen. La propia comandante Lina Ron tuvo que reconocer una vez que la única forma de hacer públicos sus reclamos era a través de la pantalla de Globovisiòn.
Gracias a Globovisión, la gente humilde puede denunciar la inseguridad, la falta de empleo, la escasez de alimentos, la mala calidad de las casas y apartamentos de la Misión Vivienda, los grandes hechos de corrupción que sacuden al gobierno, los pésimos servicios públicos como electricidad, agua, gas y transporte y las ramificaciones del narcotráfico.
Globovisiòn es el dolor de cabeza de este gobierno. Es la piedrita en el zapato. Es el dolor de muela. El lumbago. O como dicen en oriente: el puntapié en la espinilla. Globovisiòn es, como en la cuña de las galletas, el pájaro carpintero que le taladra el cerebro. Por esas y por muchas otras razones: ¡Aguanta Globovisión! Que esta vaina se acaba en tan sólo 100 dìas!!!
Gustavo Azócar