¿Debe el Estado alemán castigar a dos hermanos adultos por tener sexo consentido? No, ha respondido el Consejo de Ética asesor del Gobierno de la canciller Angela Merkel: por 14 votos a favor, 9 en contra y dos abstenciones, el Consejo ha recomendado a Berlín que la ley que penaliza el incesto consentido entre adultos debe ser derogada. La ley 173 –que incluye a hermanos adoptivos, pero no hace referencia al incesto homosexual– prohíbe específicamente el coito vaginal entre hermanos, padres e hijos o entre familiares de línea directa y lo castiga con penas de hasta tres años de cárcel.
Los hermanos, Patrick Stuebing y Susan Karolewski, en una foto del diario BILD
En el documento de ochenta páginas aprobado por mayoría, el Consejo de 26 miembros indica que la penalización del incesto a partir de los 18 años es un medio inapropiado «para salvaguardar un tabús social» y recomienda eliminar la ley. La reforma propuesta por el consejo acercaría la legislación alemana a la de otros países europeos como España, Bélgica, Holanda, Portugal o Luxemburgo. Suizay Austria tiene leyes casi idénticas a la alemana, aunque la austriaca se limita a familiares biológicos.
La toma de posición del consejo y el debate en torno al incesto en Alemania se vio impulsado por el caso de los hermanos Patrick Stübing y Susan Karolewski y sus cuatro hijos fruto de su relación amorosa. Patrick no conoció a su hermana biológica hasta que tuvo 24 años ya que fue adoptado a los tres años. Susan, que creció con su madre en un pueblo cercano a Leipzig, tenía entonces 16 años y cuando en el 2000 su madre murió; la relación de los hermanos se intensificó. Con el romance nacieron Erik, Sahra, Nancy y Sofia; dos de los cuales están discapacitados, y se encuentran bajo la tutela de los servicios sociales. La madre sólo tiene derecho a cuidar a la hija pequeña.
Reivindican sus «derechos»
En 2005 Patrick ingresó en prisión en Alemania, motivo por el cual la pareja decidió acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para manifestar su derecho a tener una vida familiar con su hermana. Los abogados de los Stübing-Karolewski consideran que, si otras personas con riesgo de tener descendencia con problemas (como los mayores o discapacitados psíquicos) pueden procrear, ellos también deberían tener este derecho. «La motivación eugenésica tiene sus raíces en la ideología racista del nazismo» recordaron los abogados en sus argumentos.
Fuente [Abc.es]