El polvo está formado principalmente por partículas microscópicas, compuestas por todo tipo de cosas, pero sobre todo lo que hayamos en el polvo, es la piel muerta de nuestro cuerpo que se ha caído para renovarse por una nueva. Sí… ¡Esto no es nada agradable!
Para limpiar el polvo y no “morir” por la alergia en el intento, tenemos que utilizar trapos de microfibra, ya que éstos absorben el polvo y no lo esparcen. Con éste tipo de trapos le será mucho más fácil realizar la limpieza.
Recuerda que el polvo no se acumula de manera uniforme, siempre hay áreas de la casa en donde encontraremos mucho más polvo que en otras. Para evitar tener mucho polvo en una casa, aconsejamos sellar puertas y ventanas con una masilla de sellado especial para que éstas queden cerradas herméticamente.
También ayuda a mantener la casa sin polvo tener el horno limpio y los aparatos de aire acondicionado limpios, ya que en los filtros de éstos aparatos se acumula muchísimo.
Para desempolvar los muebles recurre a un trapo ligeramente humedecido con agua o con un producto especial para los muebles.
Primero tenemos que quita el polvo de las cosas que tenemos situadas más arriba, como por ejemplo un ventilador de techo, luego iremos sacando el polvo de los muebles situados más abajo, como mesas sillas y otros, y finalizaremos quitando el polvo del suelo.
Es muy importante tener un felpudo en la entrada de la casa, ya que el ochenta por ciento de la tierra que entra en una casa proviene de nuestros zapatos. Si tiene tapetes en casa es muy importante limpiarlos periódicamente y dejarlos que se sequen antes de volver a ponerlos.
La limpieza constante de los espacios, más si eres alérgica, es la clave. Puedes tomarte un antihistamínico el día anterior a la limpieza. Recuerda también cambiar con periodicidad sábanas y almohadas, así como olvidarte de los peluches.
[Fuente: erikatipoweb.com]