«Aquí no hay oposición», por @jorgeramfer

En Venezuela hay una clara y contundente mayoría de ciudadanos que se oponen al régimen chavo-madurista lacayo y esclavo de los asesinos tiranos Castro. Esa mayoría opositora no ha podido consolidarse durante los ya largos años de esta pesadilla de desgobierno de delincuentes descarados y desvergonzados por la sencilla razón de que del lado contrario, sobre todo desde el liderazgo opositor, los que aparecen como principales cabezas de los partidos u organizaciones políticas llamadas a dirigir la vanguardia del movimiento que derribe la maquinaria perversa del autoritarismo perverso y entreguista iniciado por el liquidado Chávez y continuado por el muy torpe Nicolás Maduro, los líderes “opositores” se sienten demasiado cómodos con la situación que vive el país desde hace 3 lustros. La satisfacción con su modo de vida que tienen nuestros principales dirigentes políticos no tiene nada que ver con los sufrimientos del venezolano común. Algunos pocos dirigentes han sufrido persecuciones, cárcel y la constante animadversión y acoso por parte de nuestro tiránico gobierno, pero la gran mayoría aprendieron a convivir y a sacar pingues ganancias y beneficios económicos para ellos y su entorno.

Además de la condición de mercaderes y traidores a lo que dicen representar, hay dos características muy lamentables que exhiben conspicuos elementos de nuestro liderazgo “democrático”: Pusilanimidad y narcicismo. Son cobardes en extremo pero critican acerbamente a quienes se atreven a arriesgar su vida y seguridad familiar para atender lo que la lógica y el clamor popular demandan. En su cobardía y egoísmo son capaces de congraciarse con los maltratos que la tiranía les propina a jóvenes estudiantes armados sólo con su coraje y decisión de luchar por su derecho a ser libres y a garantizarse oportunidades de vivir un futuro confortable y en sintonía con las tendencias del mundo desarrollado y no el panorama de miseria y opresión al que quieren someternos.

Hemos visto al gobierno de Nicolás Maduro cometer en vivo y directo crímenes de lesa humanidad convictos y confesos, torturas y desapariciones forzadas sin que ello genere indignación, ni la iniciativa de hacer las acusaciones de rigor en todas las instancias de la justicia nacional e internacional, en los apoltronados “líderes” que revestidos de alguna representación popular o partidista, copan o pretenden hacerlo, la vocería de la “oposición” Una oposición de verdad no calla nunca ante hechos tan graves como los que vive Venezuela. Una corrupción escandalosa de la que no se exige con firmeza establecer responsabilidades. Sus razones tendrán para tan cuestionable conducta.

La existencia de presos políticos y de madres que sufren por el injusto calvario que viven sus hijos víctimas de la tiranía ni siquiera ruboriza a quienes gritan. “Debemos concentrarnos en las elecciones parlamentarias de 2015” o “Hay que convocar una Asamblea Constituyente” El hambre, la miseria y la desesperación que viven las familias venezolanas es menos importante que la ambición de permanecer atornillados a sus cargos en las direcciones partidistas impermeables a los pedidos de democracia interna y replicando al interior de sus organizaciones la tiranía que dicen combatir hacia afuera. Para esos farsantes es más importante maniobrar para seguir “dirigiendo y liderando la oposición” con los mismos resultados: Derrotas electorales aunque se saquen más votos. ¿Algún premio deben recibir por ello!

Quien tenga ojos que vea y quien tenga oídos que oiga. Se le ha permitido al régimen cometer todas las arbitrariedades habidas y por haber y siempre se aducen excusas. Pretenden chantajear con el fetiche de la UNIDAD y silencian que en el vecino Brasil, sin unidad y con varios candidatos opositores el pueblo brasileño se apresta a darle una aplastante derrota a la ladronera socialista del Partido de los Trabajadores, socio y aliado de nuestro asqueroso PSUV. Allá si hay oposición. Aquí ni siquiera una imitación de eso tenemos.

Por Jorge Ramírez Fernández