¿Cuantas veces no les ha sucedido que redactan una y otra vez un mismo documento, correo o informe que quizás solo serán leídos por “encimita”?. Pues la verdad es que a todos en algún momento nos ha pasado, pero hay personas para las que es como una ley de vida.
Al parecer el ser perfeccionistas nos ayuda a lograr más y mejores cosas, pero sin darnos cuenta a veces pagamos un precio muy alto, porque nos ponemos tensos y nos estresamos si sentimos que no está bien, nos angustiamos fácilmente, tenemos miedo a equivocarnos o cometer algún error y muchas veces ni disfrutamos de nuestros logros.
La realidad es que a nadie le gusta admitir sus errores y por eso a lo mejor negamos que podemos ser perfeccionistas escudándonos en la típica frase “Es que me gusta hacer las cosas bien o sino no las hago» y es verdad y hasta tiene su lógica, pero es mejor hacer las cosas lo mejor posible o mejorarlo cuando se pueda sin necesidad de angustiarte, estresarte y frustrarte por tener que hacer las cosas perfectas porque eso significaría que no confías en tu capacidad y no te sientes valioso, importante o inteligente.
Muchas veces el perfeccionismo nos hace perder aspectos de nuestra vida. Es mentira que si dejamos de buscar la perfección, vamos a caer en la irresponsabilidad y la flojera, porque eso es una manera de pensar extremista.
Obviamente es muy importante trabajar para lograr nuestras metas esperando buenos resultados, esforzándonos y siempre buscando mejorar, pero no es necesario caer en el extremo. Hay muchísimas personas exitosas que no son perfeccionistas porque muchas veces el perfeccionismo (aunque no lo creas) nos limita.
La gente comete el error de pensar que el perfeccionismo es la base del éxito, pero lo cierto es que el hecho de que seas o no exitoso depende de tu talento, habilidad y conocimiento que tengas.
Ser competente no significa ser perfecto, ten en cuenta que fallar es normal porque a veces es imposible hacerlo todo bien. Lo que realmente vale no es evitar equivocarte, sino siempre aprender de los errores y no permitir que eso no te arruine las ganas de cumplir tus metas. Recuerda que eres una persona que algunas cosas las hace bien, otra regular y algunas mal, como todos los seres humanos en este mundo.
Piensa en lo diferente que es tratar de mejorar, cuando sea posible y tener que hacer las cosas perfectas, establece metas que sean alcanzables para ti y nunca te compares con los demás.
Confía en ti mismo, trabaja rápido pero no pretendas hacerlo todo a la perfección, concéntrate en lo más importante y no pierdas el tiempo dándole brillo a algo que no lo necesita y así podrás tener tiempo para otras cosas.
@Jaylinbuffill / Jaylin Buffill