Una res en medio de la calle sirvió de ejemplo pedagógico para explicarle al Gobierno que los precios del Indepabis no están apegados a la realidad. En presencia de consejos comunales los carniceros prepararon la carne en cortes de primera, segunda, tercera, pellejos, hueso rojo y desechos y con calculadora en mano echaron cuentas. Advirtieron que la regulación de precios traerá dos consecuencias: desabastecimiento y un mercado paralelo de la proteína.
Descuartizando una res entera en plena vía pública la Asociación de Carniceros del estado Bolívar, apoyados por la Cámara de Comercio e Industrias y representantes del sector ganadero, demostró ayer la realidad que vive el sector por la venta de la carne a precios regulados.
El presidente de la Cámara de Comercio del estado Bolívar, Román Aziz, abrió el acto público de desposte explicando las razones que los llevaban a esa situación.
“Queremos demostrar que es imposible mantener las carnicerías abiertas al público, obligando a la venta del producto cárnico por debajo del precio de adquisición, por cuanto eso traería como consecuencia el desabastecimiento y, la aparición exagerada de los informales de la carne cuyo precio de venta estaría muy por encima de la regulación. Es decir, tendríamos una nueva forma de mercado negro para el negocio de la carne”, puntualizó Aziz.
El sector cárnico en Heres reiteró su preocupación a la falta de interés del Gobierno para realizar mesas de trabajo que permitan sincerar el costo real de los productos alimenticios.
Forzar cierre de carnicerías
“No queremos, ni es esa nuestra intención, desobedecer por vía forzosa los precios regulados. Pero, es de entender que nadie trabaja a pérdida y si no se corrigen errores de apreciación en los costos de inversión para la producción y expendio del producto, los cierres de carnicerías serán forzosos, con lo cual se creará la crisis en el sector cárnico de la cual estamos viviendo los primeros pasos”, añadió.
El representante del empresariado bolivarense señaló que la situación que confronta el sector cárnico los obligaba a ese evento, el cual “debe ser visto con formalidad, porque la pretensión es que la realidad nos demuestre que los costos de inversión superan el retorno por concepto de venta y a la final pierde el pueblo, perdemos todos”.
El acto de despostar una res en canal contó con la concurrencia de numerosos concejos comunales, quienes se dieron cita para documentarse en la exposición explicativa de los cortes de carne extraídos de la res.
El acto fue realizado por el vicepresidente del sector cárnico en Heres, Ricardo Gouveia, quien paso a paso determinó la pérdida que se genera con la venta del producto a precios regulados, sin permitir siquiera que tenga valor agregado por el servicio que se presta con la limpieza y adecuación de la carne para el consumo directo.
Sólo pérdidas
Gouveia manifestó que “un animal con peso de 224.5 kilogramos tiene un costo de 12.628 bolívares porque la carne es adquirida a 56 bolívares el kilo”, muy por encima de lo establecido por el gobierno.
La clasificación de las carnes precio real versus precio regulado está de la siguiente manera, informó el dirigente:
Se obtienen 41.6 kilogramos de carne de primera, que vendidos a precio regulado de 27,29 bolívares kg da un ingreso de 1.135,26 bolívares.
De una res se obtienen 74,9 kilogramos de carne de segunda tomando en cuenta un peso de 224.5 kilos, que vendidos a precio regulado de 18.46 bolívares kg, genera ingreso de 1.382,65 bolívares.
De la carne de tercera se obtienen al hacer el desposte 32.9 kilogramos, que vendido a precio regulado de 15.74 bolívares por kilo da un ingreso de 517,84.
En hueso rojo se obtienen 27.6 kilos, que vendidos a 20 bolívares da un total de 552 bolívares. El pellejo que también se vende, se obtienen 17.6 kilogramos, a precio de 10 bolívares representan 176 bolívares. Otros 16.73 kilos restantes son desechos junto con 15.5 kilos de hueso blanco.
Ricardo Gouveia apunta que teniendo en cuenta lo anterior “ha quedado demostrado de la manera más honesta posible que el ingreso final corresponde a 5.555.75 bolívares existiendo una diferencia con el precio de adquisición de 7.016,25 lo que corresponde a 55.8 por ciento de pérdida”.
Peligro inminente
Benito Marín, vicepresidente de la Federación Regional de Productores Agropecuarios, añadió que al ser la brecha de precios entre lo real y lo establecido por el control tan grande no hay posibilidad de que el sector prospere y mucho menos que se mantenga, teniendo en cuenta las numerosas dificultades que enfrentan.
“Tener reses implica un alto costo que no es compensado con la venta… si seguimos así y no se establece un diálogo con el gobierno estamos condenados a la quiebra… ya de por sí estamos arruinados, la mayoría de los ganaderos trabaja con menos de 100 reses en sus fincas y eso no es nada, no da ni para tener un empleado. El gobierno debe entender que como estamos no se pueden satisfacer las necesidades de las personas, ni aún teniendo el barril de petróleo a 200 dólares. Lo que hay que hacer es sincerar la situación, sentarnos y aclarar lo que no funciona”, detalló.
Marín llamó la atención sobre lo difícil que ha sido hablar con el gobierno y que éste tome medidas que eviten la desaparición de la carne de los hogares de manera permanente.
“Nos hemos sentado en ocasiones anteriores con el gobierno, principalmente el regional, pero no hay intención de ver la realidad, de entender lo que está pasando, cuando alguien da señales de entendimiento puede ser mal visto y al final no se toman medidas, pero lo cierto es que estamos condenados a la quiebra, no podemos continuar con lo que está pasando”, dijo Marín.
Fuente: correodelcaroni.com