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En la calle están pasando muchas cosas. Los estudiantes tomaron la iniciativa y están decididos a manifestarse en contra del gobierno, están convencidos, como la mayoría de los venezolanos, que un cambio de rumbo es necesario para el futuro de la nación.
En la calle se siente el hambre que golpe a todos, sin embargo lo hace con más fuerza en las capas humildes de nuestra sociedad. En la calle se siente el malestar del ama de casa que pasa las de Caín para conseguir los rubros necesarios para la mesa de su familia, igual el trabajador que los churupitos no le alcanzan para nada.
Se siente un malestar cada vez mayor entre choferes de unidades colectivas, entre taxistas, entre comerciantes; todos están, de una u otra forma, padeciendo la crisis económica y social que se vive en este momento.
Es en la calle que se está viendo la agudización de la situación de inseguridad que diariamente acaba con la existencia de varios venezolanos. Es allí donde se ve, se siente, el dolor que sufren miles de ciudadanos por el desabastecimiento, la impunidad y la carencia de un buen gobierno.
En la calle vemos la persecución casi desesperada que el gobierno hace en contra de líderes políticos como Leopoldo López y los dirigentes estudiantiles que dirigen y encabezan las acciones de protesta; es en la calle donde podemos observar como los Colectivos armados y violentos hacen de la suya, disparando a mansalva en contra de multitudes de jóvenes universitarios.
La calle está hablando, está gritando, mientras que en Miraflores hacen maniobras de supervivencia en medio de conflictos internos, que son secretos a voces, mientras el señor Nicolás encerrado en sus cuatro paredes va perdiendo el pulso de la realidad y se enfrasca en un derrotero de exabruptos y negligencias que agudizan día a día la realidad venezolana.
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Se siente en la calle las voces de un pueblo. Vociferan miles de venezolanos, dicen que desean libertad, democracia, comida; quieren sus derechos, quieren que sean respetados. ¿Escucharán en Miraflores?
Sabrán, en verdad, lo que pasa en la calle.
P.D: Los venezolanos a pesar del cerco comunicacional del cual es objeto encuentran inteligentemente los métodos necesarios para comunicarse y romper el silencio que desea imponer el gobierno nacional.
Sin duda que los venezolanos no se quedan quietos, somos una raza de hombres y mujeres que se imponen ante cualquier adversidad y andan hacia adelante con la sonrisa en los labios y el ímpetu en sus corazones.
@simone_augello / Simone Augello