El soldado Bradley Manning, responsable de la mayor filtración de documentos secretos de la historia de EE.UU., fue condenado hoy a 35 años de cárcel, tras un juicio que se extendió durante tres meses.
La condena de fue leída por una jueza en un tribunal militar de Fort Meade, cerca de Baltimore. El mes pasado, la magistrada lo había hallado culpable de 20 delitos, entre ellos seis violaciones a la Ley de Espionaje y difundir datos diplomáticos secretos y otros informes sobre las guerras de Irak y Afganistán al sitio online Wikileaks.
El soldado enfrentaba una sentencia máxima de 90 años de prisión. Los fiscales habían pedido al menos 60 años tras las rejas, pero el abogado de defensor solicitaba no más de 25, porque para entonces, algunos de los documentos que se filtraron serán desclasificados.
En tanto, la corte militar lo había absuelto la semana pasada del cargo de “ayudar al enemigo”, el más grave en su contra de una lista de 21 por los que fue juzgado. De haber sido hallado culpable de ese cargo, Manning habría sido condenado a cadena perpetua.
En el juicio, que duró más de ocho semanas, el gobierno fue incapaz de demostrar que, más allá de la vergüenza sufrida por las revelaciones de algunas de sus prácticas militares y diplomáticas, los más de 70 mil documentos entregados por el ex analista a WikiLeaks habían provocado algún daño militar o puesto en peligro la seguridad nacional del país.
Manning siempre alegó que buscaba que “el mundo conociera de las injusticias de la guerra”. Había llegado a Irak en 2009 como analista de inteligencia militar. Poco después reveló documentos con casi medio millón de registros de las guerras de Irak y Afganistán, cables diplomáticos, videos de operaciones bélicas, memorandos de la CIA y datos de presos de Guantánamo.
Fuente: clarin.com