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Recibir un masaje generalmente es una experiencia relajante y confortante, siempre y cuando quien los haga sea un masajista profesional y titulado. Cada vez más se ofrecen supuestos profesionales del sector (especialmente en las playas), prometiendo realizar un masaje rápido por un precio muy aceptable. Precio que, como veremos, podemos pagar de forma muy cara al ser tratados por manos no expertas: conoce los peligros de hacerte masajes con un no-profesional.
Peligros de recibir un masaje no cualificado
Aunque nos cueste creer que un masaje pueda acabar bastante mal, cualquier fisioterapeuta del sector nos diría que si no se realiza de forma correcta, se pueden generar lesiones musculares (incluso en personas que estaban sanas) o bien empeorar las dolencias que ya se sufren.
A modo de ejemplo, está desaconsejado recibir fricciones en la piel cuando se padece alguna enfermedad en la misma, trastornos reumáticos, heridas, sarpullidos, etc. Y esto es algo que esos masajistas – que en realidad no suelen tener casi ningún conocimiento – ignoran totalmente. Mujeres embarazadas, gente con la tensión alta o aquellos que sufren del corazón en ocasiones tampoco pueden recibir masajes, ni siquiera de personal cualificado.
Por si fuera poco, la mayoría de estos "trabajadores" sin conocimientos no suelen cuidar la higiene, indispensable a la hora de dar un masaje, ni las condiciones en que se practica (con fuerte sol y tumbado de cualquier forma).
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Masajistas no profesionales: competencia desleal
Otro problema que no se ve a simple vista es la competencia desleal que realizan al gremio profesional de la masoterapia (los profesionales del masaje), puesto que la mayoría de esos personajes que vemos por la playa dispuestos a tocarnos la espalda cobran precios muy asequibles para el bolsillo – entre 3 y 5 veces menos que su homólogo especializado. Esto provoca que muchas personas que sí han estudiado y se han formado en esta profesión de la fisioterapia y/o masoterapia, tengan problemas para subsistir ofreciendo su trabajo.