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Islandia es la naturaleza en estado puro: fiordos, volcanes, cataratas, aguas termales icebergs, ballenas y géiseres, en medio de un paisaje como no lo hay en ningún otro lugar del mundo (por algo situó allí Julio Verne el comienzo de su Viaje al centro de la Tierra). Es también un paraíso del hedonismo, con infraestructuras de primera categoría, spas y hoteles de lujo.
La capital, Reikiavik, ofrece restaurantes con platos originalísimos que no se comen en otros sitios (como el carpaccio de frailecillo). Por las noches, los cafés y los comercios se convierten en discotecas que no cierran hasta la mañana, y la calle principal parece un concurrido paseo español a las seis de la tarde. Pero para conocer realmente el país hay que perderse por las desoladas carreteras de gravilla que recorren el interior y llevan al pie de volcanes como el Hekla o el Snæfellsjökull.
El hotel
El hotel Ranga, en el sur de Islandia, está perfectamente situado para recorrer todas las principales atracciones del país. Y después de una intensa jornada en auto o trineo tirado por perros, de un paseo en kayak o de un partido de golf, no hay mejor manera de relajarse que un baño en su jacuzzi al aire libre, contemplando la puesta de sol o la aurora boreal (nunca está garantizada, pero es uno de los mejores sitios del mundo para verla).
El spa
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El Blue Lagoon es el póster de Islandia, un complejo de aguas termales en la carretera que lleva desde el aeropuerto de Keflavik hasta Reikiavik. Tiene su propio hotel y restaurante, pero la mayoría de los islandeses va simplemente a pasar unas horas en sus piscinas, donde uno puede limpiarse la cara con un tratamiento de barro, tomar un gin-tonic en el bar dentro del agua o disfrutar de una sauna islandesa.
El restaurante
El FishMarket de Reikiavik es uno de los mejores y más originales restaurantes de pescado del mundo. Los menos aventureros pueden comer un fabuloso arenque escandinavo o bacalao islandés, y los más osados, probar el filete de ballena a la parrilla o un solomillo de reno para chuparse los dedos. Y de postre, un pastel de queso con chocolate blanco que ha ganado premios y un vodka de la tierra.
[Fuente: lavanguardia.com]