Por cuarto día en la semana, consumidores de la zona norte de Anzoátegui se acercaron a supermercados como Central Madeirense para hacer gigantescas colas en busca de productos de la cesta básica.
El gerente de esta tienda en Puerto La Cruz, quien se reservó su nombre, comentó que desde este lunes han recibido más de 1.550 pacas de harina precocida y la gente no ha dejado que la bajen a los anaqueles.
“Lo que llega tenemos que venderlo apenas lo descargan, porque las personas amanecen en las colas y así lo exigen”.
Manifestó que la cantidad de harina de maíz que recibieron esta semana era suficiente para surtir a la población durante un mes.
Ayer en el establecimiento también hubo harina de trigo. Algunas personas cargaron “como hormigas” con este rubro. Se llevaban hasta 10 paquetes de un kilogramo.
En Unicasa, los “coleros” de oficio madrugaron para “ver qué había”.
Una mujer que dijo llamarse Amanda La Cruz denunció que “todos los días vemos los mismos rostros en las colas de supermercado. El Gobierno debe hacer algo con los buhoneros. Ellos son quienes tienen el bochinche”.
El ama de casa Leticia Márquez comentó: “Cuándo se habían visto tantos hombres en colas de supermercados? Eso es indicio de que son de la economía informal que vienen a hacer su agosto para después revender”.
En septiembre de 2011, durante un recorrido en la zona norte, el equipo reporteril de El Tiempo constató que para la gente se había vuelto rutina hacer colas para pagar servicios y comprar alimentos. Dos años después se mantiene y acentúa la práctica.
En Barcelona
A las 5:00 am de ayer, consumidores comenzaron a hacer cola en Central Madeirense de Barcelona para comprar harina de maíz, de la cual vendían ocho unidades y dos kilos de azúcar por persona.
Pasadas las 11:00 am la fila recorría más de la mitad de la tienda. Los compradores tenían banquitos, sombrillas y cartones en la cabeza para protegerse del sol.
El ama de casa Ángela Marcano viajó desde Puerto Píritu para adquirir los productos que no consigue en la ciudad donde vive, pero el calor y el agotamiento físico , le provocaron un desmayo.
“Tuve que venirme hacia la sombra mientras espero que la cola avance”.
[Fuente: eltiempo.com.ve]