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Todos queremos ser valientes pero no sabemos cómo, no sabemos si manejamos de la mejor manera algunas situaciones. Las dudas sobre nosotros mismos siempre están, aunque estemos conscientes que estamos preparados para enfrentar dichas situaciones, para mantener el control siquiera.
Siempre se habla de ser líderes y nos inculcan a ser diferentes o a seguir un camino. Hace días escuche el pensamiento de alguien, lamento no recordar en este momento a quién pertenece, pero sé que habla sobre que nos enseñan por todos lados, incluso en la escuela, a ser trabajadores, no a ser líderes, sino a ser empleados, ese es el sistema, y hay líderes porque hay quienes son irreverentes o tan creativos que descubren esas necesidades de los demás y comienzan a gobernar, tiene madera para guiar.
No es sencillo enfrentar crisis, conflictos, problemas; el miedo es una emoción muy poderosa que nos cohíbe de realizar cosas que nos hacen mejores personas, pero esta vez quiero darles algunos cuantos tips que debe poseer o tener en cuenta a la hora de enfrentarse a alguien o a un público al que le temes.
Antes que nada debemos estar claros que en cualquier momento, siempre, pero siempre, uno puede evitar llegar a momentos de crisis. Es importante tener claro que la crisis son esos acontecimientos que desequilibran o afectan la normalidad, que pueden dar como resultados cosas negativas para ti o para una empresa, esto aplica también para las empresas.
Si vas a hablar sobre algo, debes estar preparado sobre ese ‘algo’, conocer sobre el tema, cómo sucedió, por qué, cuándo, quiénes estuvieron involucrado, y así. Como vas a responder a preguntas, o explicar la situación empieza por lo que consideres que es más importante saber, lo que tu sentido común te dice que es lo que tu receptor quiere saber, eso si no te ha preguntado ya.
¿Ves?, son cosas normales, que la vida misma nos ha enseñado, solo que siempre los nervios nos hacen hablar extraño, o el no saber expresar lo que piensas de la mejor manera. Algo que puede ayudarte mucho es concentrarte en el o los mensajes claves que quieres transmitir, enfocarte en qué es lo importante que debes aclarar, tu idea principal.
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Nunca pero nunca será de ayuda minimizar la importancia de los hecho, el aceptar tus errores siempre será un beneficio, personal y con la otra persona, es importante asumir responsabilidad y demostrar que se está interesado en buscar soluciones o mejoras, tratar de enmendar errores cometidos o los daños hechos.
Siempre nos volvemos un ocho cuando queremos enfrentar circunstancias que nos afectan de forma personal, pero si se tiene astucia o lógica, podrías manejar ese lado emocional y ponerlo a tu favor, porque como tú, los demás también temen ser heridos. Recuerden que somos iguales siendo diferentes.
Tomar responsabilidad o analizar bien las situaciones, ver que también la culpa es de uno es algo que no solemos hacer, siempre le damos el peso de toda la culpa a una persona y no es así. Por ejemplo, usualmente nos molestamos por no ser entendidos y lo más común de esa situación es que no te estés explicando bien, y no el no ser entendido. Eso es lo común, no digo que siempre sea el caso, ojo con eso.
Por escenarios como ese se crean peleas y problemas que no tienen ni pies ni cabeza, porque somos así, nos dejamos llevar por el estrés diario o por cosas que tenemos guardadas (lo que es nuestra culpa por no soltarlo) y la manera de expresarlo es molestándonos con cosas como estas, que aunque son mínimas, causan una ola de rabia o molestia o frustración que solo nos empeora.
Ser feliz es costosamente gratis, pero no nos gusta aceptar que es nuestra responsabilidad ser felices y no la de otros. Todo es cuestión de actitud… 😉
Maritza Ordaz / @MariOrdaz