Costosamente Gratis: «Lo que el mundo debería saber», por @MariOrdaz

Aunque todos tenemos amigos, o alguien con quien hablar, muchas veces preferimos tomar lápiz y papel y escribir sobre cómo nos sentimos, desahogar esas cosas en voz alta que tenemos miedo de decir, palabras que sabemos que nos podrían herir o a otros. Pero siempre suele ser eso, miedo a decir lo que nadie se atreve a decir así sin más.

Nos sentimos orgullosos de nosotros mismos cuando afrontamos miedos y soltamos esas frases que sabemos que clavan mil cuchillos en otros, porque sentimos el poder de la valentía en nuestro ser, pero un millón de veces más no sabemos cómo actuar, porque sentimos el veneno correr en nuestra sangre de tener que decir que hemos cometido errores, que no sabemos lo que queremos o que simplemente ya hemos perdido.

Siempre he tenido claro y propago el pensamiento que lo único constante en el mundo y en la vida es el cambio. Estamos en constante evolución aprendiendo de esas cosas que llamamos errores pues nos hacen aprender lecciones; conociendo cosas de nosotros que no sabíamos que poseíamos, o de nuestro entorno que jamás creímos que podría ser o pasar así.

Quiero darles una nueva perspectiva, una nueva visión de todo eso que tienen como pasado, lo que vive hoy como presente, y lo que próximamente tendrán en el futuro. Los invito a mirar al pasado, recuerden ese primer recuerdo. Cuando se cayeron aprendiendo a manejar bicicleta, el primero beso, la primera salida al cine, la primera salida solos con sus amigos, la primera embriagada, el primer viaje solo… Todos esos momentos que han marcado su vida de alguna forma u otra, dejando una cicatriz en su piel o en su alma.

Todo eso que los que ha traído a ser hoy tal y como son, resentidos o cariñosos, muy confianzudos o con mucho cuidado, crédulos o incrédulos, escrupulosos o sin escrúpulos. Miren cómo hoy enfrentan sus problemas, todo lo que han pasado, vivido, experimentado y cómo han llenado sus años de vida, de detalles que ahora los hace ver y afrontar las cosas de una forma distinta y que los lleva a trabajar con mucha más fe en ustedes mismos por eso que quieren como futuro.

¿Por qué los invito a ver todo esto? Pues simple, porque quiero que se tomen un segundo de ver que han tenido y tienen un largo recorrido que a la vez es muy corto. Hace días me topé con una profesora que estaba pasando el trago psicológico de cumplir los 40 años, lo vieja que se siente y blablablá… Eso me hizo un gran STOP y me frené a ver, a observar todo lo que me rodea, lo que escucho a diario. Puras excusas, dramas, dolores, quejas, esperanza. Pocos están claros de la lucha constante que significa vivir.

Confieso que de no ser por personas realmente especiales, como el gran hombre que tengo a mi lado, o mi mamá, o amigas de esas que no se consiguen a la vuelta de la esquina; no habría caído en cuenta de que, así como yo, hay millones de personas que se detienen a que las vida les pase por encima, dejan de luchar llenándose de los ruidos del mundo, de las queja del infinito número de personas que existimos.

Dejamos de escuchar lo que queremos, lo que creemos; la esperanza la limitamos a un tamaño tan mínimo como el hoy, a solo 24 horas o 48. El mundo está hecho un caos y nosotros con él. Hemos dejado de hacer sueños ilimitados cuando lo son. Hemos dejado de creer en nosotros o en nuestros sueños y ahora solo pensamos en capitalismo (tener y tener o dinero) y en vez de vivir, solo sobrevivimos.

No sé si es así solo aquí en Venezuela, o si es así también en los países donde se vive más feliz en el mundo, pero estoy segura que la gente ha perdido el romanticismo con la vida, ya no nos miramos al espejo y hablamos con nosotros mismos.

Les invito a ser locos, a hablar solos, a hacer el ridículo y que por lo menos por un día no importe un comino lo que la gente diga, lo que van a decirte. Ignoremos al mundo, y escuchemos a nuestro niño interior.

El éxito está en creer en eso que está en nuestro interior, nuestra fortaleza. Hay un millón de estrategias, de estudios, de métodos y un sinfín de formas de trabajar, pero todos sabemos que si no le ponemos sentimiento a algo no va a funcionar, será frío, será solo ser por ser, y nadie quiere eso.

Comunicación con ustedes mismos, sean sinceros, saquen sus trapitos al sol y dejemos el karma en cero. Hablen con ustedes mismos, digan Te Quiero o Perdón, pero sea como sea, hablen, porque a eso vinimos al mundo, a expresarnos de todas las formas posibles.

Ser feliz es costosamente gratis, pero conocemos solo el léxico de precios donde gratis es inexistente.

Maritza Ordaz / @MariOrdaz