Parece ser que ya no hay vuelta atrás y es que tras meses intentando salvar su matrimonio, Dennis Quaid y su esposa Kimberly Buffington-Quaid han dicho basta y han puesto punto y final a ocho años de amor dejando con ello a dos niños que ahora tendrán que adaptarse a esta nueva situación.
El primer aviso de que las cosas no iban bien en el matrimonio Quaid tuvo lugar el pasado mes de marzo, cuando Kimberly interpuso una demanda de divorcio por "conflicto de personalidades". Posteriormente, y gracias al medio ‘TMZ’, supimos que ese "conflicto" respondía a los continuos escarceos amorosos del actor con otras mujeres. "No es un buen marido" comentaba una fuente a ‘TMZ’ asegurando que Dennis engañaba continuamente a su mujer.
Pero afortunadamente, la sangre no llegó al río y Kimberly se lo pensó dos veces hasta que retiró la demanda de divorcio para poder dar una segunda oportunidad a su marido. Eso sí, parece que el intérprete no ha sabido aprovecharla y, tras siete meses intentando sacar a flote su matrimonio, ha tenido que abandonar el barco solicitando, sin vuelta atrás, el divorcio definitivo.
Esta noticia fue confirmada a la revista ‘People’ por el representante de Dennis Quaid, quien pidió que la familia "sea respetada durante este momento de dificultad". Sin duda, unos momentos muy difíciles para una pareja que llevaba ocho años junta y que tiene dos gemelos de cuatro años en común. Unos niños, Thomas Boone y Zoe Grace, que seguramente tendrán que ver como sus padres se enzarzan en una dura pelea por su custodia, algo que desgraciadamente está a la orden del día en gran parte del mundo.
Para Dennis Quaid este es su tercer proceso de divorcio, ya que previamente estuvo casado con P.J. Soles y con la actriz Meg Ryan, con quien tiene un hijo en común.