El calabozo de la libertad: "Carta a Nicolás Maduro", por @GustavoAzocarA - Lea Noticias

El calabozo de la libertad: «Carta a Nicolás Maduro», por @GustavoAzocarA

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gustavo-azocar-alcala-opinionEstimado Nicolás:

Cada vez que veo tu rostro, a través de las pantallas de televisión, siento mucha preocupación por ti. Por más que intentes disimular, por más que intentes ocultarlo, y pese a las muy buenas clases de actuación que te dio, durante más de 14 años, tu maestro, el comandante golpista, la mentira se te sale por los poros.

El país entero observó, estimado Nicolás, cuando el pasado 8 de diciembre de 2012, el Presidente Chávez le anunció al país y al mundo que sería sometido a una cuarta intervención quirúrgica en La Habana, Cuba, y que las posibilidades de salir bien parado de esa operación eran muy remotas. Allí estabas tú, al lado del Jefe de estado, intentando ocultar aquel sentimiento de satisfacción, sobre todo cuanto el Presidente dijo que su gallito de pelea para unas eventuales elecciones eras tú y no Diosdado Cabello.

Aquel día intentaste por todos los medios mantener el aplomo, la cordura, la calma y la serenidad, pero tus ojos te delataron: a kilómetros de distancia, se veía claramente aquella media sonrisa de satisfacción con la cual parecías decirle a Cabello que le habías ganado la batalla por la sucesión. Dentro de tu cuerpo, de casi dos metros, no cabía la alegría porque ahora sí, había llegado tu momento de gloria.

Alguien muy cercano ha debido decirte que debías hacer algo para corregir ese error, porque pocos días más tarde le diste un mensaje al país, en cadena nacional de radio y televisión, en el que moqueaste y lloraste por varios minutos anunciando la grave situación por la que atravesaba el Presidente Chávez. La estrategia era clara: había que demostrarle a los venezolanos que a ti no te importaba ser Presidente ni sucesor, sino que en realidad a ti quien te importaba era Chávez.

Nicolás: no debe ser fácil para ti mostrar esa dualidad de sentimientos. Por una parte debes mostrarte ante las cámaras como un hombre dolido, en razón de que tu jefe está severamente enfermo, y los pronósticos no son nada alentadores con respecto a la enfermedad que lo aqueja. Por la otra debes mostrarte enérgico y alegre porque eres el candidato proclamado por el Jefe.

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Nicolás: tu mejor que nadie sabe que los esfuerzos comunicacionales para tratar de crear una falsa matriz de opinión, haciéndonos creer que el Presidente Chávez se está recuperando, han sido un gran fracaso. La idea de la foto con sus hijas fue un gran fiasco. Y el anunciado regreso a Caracas, a través del twitter, con el parapeto montado en el Hospital Militar Carlos Arvelo, tampoco ha servido de nada. La gran mayoría de los venezolanos sabe que le están ocultando algo. Y eso ocurre, mi estimado Nicolás, por la sencilla razón de que la gente no es pendeja.

Aquí todo el mundo, los que son chavistas y los que no lo somos, tenemos casi tres meses esperando ver a Chávez. Y si como nos has dicho tu, el Presidente tiene la fuerza, el coraje, la valentía y la capacidad de reunirse contigo durante cinco horas para trabajar y dictar decisiones sobre los principales problemas del país, muy pocos logran entender entonces por qué carajo no se asoma al balcón y saluda a la gente para que se acabe de una buena vez por todas la especulación y la habladera de paja.

Nicolás: en lo que a ti respecta, debes sentirte orgulloso. Mírate hasta dónde has llegado. De ser un oscuro conductor de autobuses en el Metro de Caracas, fuiste presidente de la Asamblea Nacional, Canciller de la República, Vicepresidente de la República y ahora, Presidente de facto. Si te fijas con cuidado, no hay ninguna diferencia entre lo que tú haces ahorita y lo que hizo Carmona. Carmona se autojuramentó en cadena nacional de radio y televisión. Pero a ti no te ha juramentado nadie. A Carmona no lo eligió nadie. A ti tampoco.

El propio Presidente Hugo Chávez sabía que para que tú pudieras ejercer el poder, primero tenías que ganar unas elecciones. Chávez no te proclamó a ti como Presidente de la República. Chávez sólo te propuso como candidato presidencial del PSUV en unas eventuales elecciones que ya deberían haber sido convocadas por el Consejo Nacional Electoral.

Nicolás: tus asesores lo están haciendo mal. La estrategia de ganar tiempo, para consolidar tu candidatura, no te hace bien a ti. Esa estrategia a quien ayuda es a Diosdado Cabello, quien desde hace mucho rato se reúne y conversa con militares y hasta con líderes de la oposición. Además, el país está ardiendo por los cuatro costados. Tu mejor carta, en los actuales momentos, es convencer al TSJ y al CNE de la necesidad de hacer cuanto antes unas elecciones presidenciales.

Si quieres un consejo, ponte las pilas y convoca ya unas elecciones presidenciales. Hazlo antes que el agua te llegue al cuello.

Por: Gustavo Azocar Alcalá / @GustavoAzocarA

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