El hombre que sólo tiene 5 minutos de memoria

¿Has visto «Memento», la gran película dirigida por Christopher Nolan en que el protagonista pierde la memoria reciente? ¿O «No confíes en nadie», en la que es Nicole Kidman quien sufre este mal? Si conoces alguno de estos filmes, la historia que vamos a contarte hoy te resultará bastante familiar. Aunque existe una diferencia importantísima: esto son hechos reales y no ficción. La pesadilla del joven Chen Hongzhi no cesará después de dos horas de metraje; es más, desgraciadamente la cosa sólo tiene pinta de ir a peor con el paso del tiempo.

Hemos descubierto este singular caso leyendo el Daily Mail Online. Chen es un hombre de 25 años que vive con su madre en un pueblo llamado Beipu, en el condado de Hsinchu (Taiwan). Cuando tenía tan sólo 17 sufrió un gravísimo accidente que le produjo importantes lesiones cerebrales, obligándole a pasar varios meses en el hospital recibiendo cuidados intensivos. Logró reponerse y volver a casa, pero con una secuela que cambiaría por completo su vida: la capacidad de crear nuevos recuerdos había desaparecido casi por completo de su mente. Su memoria se resetea en cuestión de minutos.

Es por eso que su madre tiene que recordarle cada mañana, justo cuando se levanta, que ya no tiene 17 años. Y de paso, le entrega su objeto más preciado, el que le resulta imprescindible para vivir: su libreta. Chen anota en ella prácticamente todo lo que le sucede: con quién se encuentra, con quién habla, cuánto dinero gana con su trabajo… Obviamente, su situación provoca que le resulte complicado mantener un empleo exigente, de modo que sólo puede aportar a la economía familiar las pequeñas cantidades de dinero que gana recogiendo envases de plástico.

Lo cierto es que el joven apenas recuerda cómo escribir. Las anotaciones que hace en su cuaderno son una mezcla entre lenguaje real y lenguaje fonético, un cóctel que va improvisando para comprender sobre la marcha el mundo que le rodea. Su madre asegura que la cosa ha ido funcionando hasta el momento, pero teme por el destino de Chen cuando ella falte. De hecho, su esposo falleció recientemente, complicando más su ya difícil existencia. «Queríamos que volviese a estudiar, pero no tiene sentido. No puede memorizar las lecciones», lamenta.

Aunque afortunadamente los Hongzhi están rodeados de vecinos generosos, que se preocupan por visitarles y ayudarles con algún donativo, la luchadora madre de Chen no se resigna a aceptar que su hijo sea para siempre una persona dependiente. Está convencida de que, con el tratamiento profesional apropiado, su estado podría mejorar de forma considerable e incluso permitirle prosperar en el plano laboral. Por ahora no les quedará más remedio que seguir luchando a diario, juntos, agarrados a un cuaderno que contiene tanta memoria como esperanza.

Fuente [Abc.es]