Suscríbete a nuestro canal de Telegram "LeaNoticias" para que estés al día con toda la información sobre Venezuela y España.
El chavismo ha iniciado sus primeros movimientos para blindar a Nicolás Maduro ante la mayoría absoluta de la oposición. Así lo reseña la página web ElMundo.es con un trabajo periodístico de Daniel Lozano:
«Tenemos margen de tiempo para dictar leyes que protejan a este pueblo y que aseguren un margen de maniobra para el presidente», adelantó el diputado oficialista José Ávila. El Grupo Parlamentario del Gran Polo Patriótico tiene previsto una serie de iniciativas legislativas para trabar las tareas de la nueva Asamblea antes de su toma de posesión el 5 de enero. Una de las más importantes son las postulaciones y nombramientos de los 15 magistrados del Tribunal Supremo, obligados a jubilarse para que no fueran elegidos el año que viene por el nuevo Parlamento. La canciller Delcy Rodríguez es una de las favoritas para desembarcar en el máximo órgano judicial.
La jugada es crucial: el Supremo, brazo judicial y constitucional del chavismo, ejercería como dique de contención ante las iniciativas legislativas de los opositores, empezando por la Ley de Amnistía. También sería fundamental ante un enfrentamiento entre los poderes ejecutivo y legislativo. Hace 12 años que no ha dictado una sentencia en contra de los intereses revolucionarios.
Pero el sorprendente resultado electoral dificulta aún más las respuestas revolucionarias ante un escenario inédito. La nueva Asamblea tiene potestad para remover a los jueces del Supremo. También para derogar una Ley Habilitante si el oficialismo se decantara por ella, como ya hiciera Chávez en 2010.
Maduro, tras reunirse con los principales dirigentes de la revolución, hizo público la conformación de un Plan para la Asamblea Nacional, «para que vayan configurando los frentes de defensa del pueblo. Ahora viene la lucha y lucha de la buena», adelantó el primer mandatario.
Suscríbete a nuestro canal de Telegram "LeaNoticias" para que estés al día con toda la información sobre Venezuela y España.
El ‘tsunami’ electoral ha golpeado de lleno a la revolución, y en especial a su actual líder. Si el pasado domingo se hubiera celebrado un revocatorio, Maduro ya no sería el presidente de Venezuela. Los opositores obtuvieron 7.707.000 votos, más de 100.000 de los necesarios para revocar al ‘hijo de Chávez» en el caso de que la oposición se decidiera a convocar un referéndum revocatorio. Bastaría con un solo sufragio más que los 7.587.000 alcanzados por el primer mandatario en las elecciones presidenciales de 2013.
«Nosotros sabremos qué hacer en caso de que aparezca una arremetida en contra del pueblo de Venezuela. Si empieza a aparecer por parte de estos señores diputados una agresión en contra de nuestro presidente, también saldremos a la calle a defenderlo», vaticinó Jorge Rodríguez, jefe de la campaña chavista.
Maduro ha convocado para este jueves una reunión exprés del Congreso Extraordinario del PSUV, en un intento de limitar las críticas contra su gestión y liderazgo. El llamamiento es a cerrar las filas «para que nos dé la claridad luego del triunfo de la contrarrevolución».
Desde Presidencia repetían este martes de forma profusa las palabras de Chávez hace tres años, antes de partir a su última operación en Cuba. El momento en que comunicó al país que Maduro era su heredero.
—
