A pesar de todo el éxito económico capitalista alcanzado por la republica de China, después de las reformas aplicadas por Deng Xiaoping en 1978 y que la han ubicado en la segunda economía del mundo, todavía hay un promedio de 600 millones de personas que viven en pobreza extrema que se alimenta con insectos como el congorocho y ratones.
Por los tratados firmados entre el gobierno de China y el de Chávez, se calcula que en los últimos seis años han ingresado al país mas de 500 mil chinos con cedula venezolana. Esos tratados incluyen compra de petróleo a futuro por parte de China que ya alcanza los 40 mil millones de dólares que le fueron entregados al gobierno de Chávez en un 50 y 50, o sea 20 mil millones de dólares en billetes del imperio y 20 mil millones de dólares convertidos en yuan, la moneda oficial de China que solo sirve para comprar en ese país y que serán cancelados en el lapso de 15 años con la entrega de 400 mil barriles diarios de petróleo, hipotecando de esa forma el futuro de los venezolanos que aun no han nacido.
El acuerdo también establece que el gobierno de Chávez debe aceptar la permanencia de una cantidad chinos con visa de residentes o “nacionalizados” con empleos asegurados y es por eso que vemos como los chinos han desplazado a los venezolanos en las construcciones de viviendas y otras obras de infraestructura que realiza el gobierno chavista, en abierto desprecio a los obreros de la construcción venezolana. También podemos observar como ha crecido en el país los comercios atendidos por chinos.
Se especula mucho que el capital con el que están comprando los comercios que luego son atendidos por los asiáticos proviene de un fondo propiedad de una mafia integrada por chinos y funcionarios del gobierno de Chávez. Esta mafia utiliza a los ciudadanos chinos como si fueran esclavos, los ubican a dormir en literas en habitaciones de 3X3, les quitan la cedula y los amenazan con “regresarlos” a su país si protestan, en abierta violación de los derechos humanos de esos ciudadanos que por el hambre que pasan en su país, aceptan todas esas humillaciones.
La hipoteca con venta de petróleo a futuro a precios de 40 dólares por barril, a pesar que hoy está por encima de los 100 y que el gobierno chavista llama fondo chino-venezolano ha servido para construir carreteras, autopistas, hospitales, viviendas, escuelas, liceos y universidades en Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Uruguay y Paraguay. Además de enriquecer mas a los boliburgueses de la revolución. Igualmente ha servido para comprar en China las lavadoras, secadoras y neveras que el gobierno de Chávez “regala” cada vez que hay elecciones para comprar conciencias y votos en los sectores populares.
Hace 10 años los comercios regentados por chinos eran una referencia para ubicar cualquier dirección, hoy no es posible aplicar eso porque son muchos los comercios que han sido “comprados” por estos ciudadanos asiáticos. Por ejemplo, desde el puente de las avenida Fuerzas Armadas que pasa por encima de la avenida Urdaneta y hasta la esquina de San Luis en la mis avenida Fuerzas Armadas hay siete cuadras y un promedio de 98 comercios, 92 son atendidos por chinos, tres por portugueses, dos por españoles y uno solo por venezolanos.
No es que seamos chouvinista como dicen los comunistas, pero esa emigración no favorece en nada al desarrollo que necesita Venezuela, pero si ayuda en parte a resolver el problema social al gobierno de China y a enriquecer mas a unos pocos vivos que hacen un gran negocio al poner a trabajar a los chinos como esclavos sin ninguna seguridad social y a vivir como sardinas en lata en habitaciones de 3X3.
Por: Gerónimo Figueroa Figuera