Es un viejo sueño de la ciencia-ficción, en el que Google marcha hasta ahora en cabeza de los ensayos para intentar hacerlo real: el coche sin conductor. Subirte a tu vehículo, programar tu viaje y repantigarte en el asiento leyendo el periódico u oyendo la radio mientras el coche inteligente lidia con la conducción.
El invento haría nuestras vidas más fáciles y más seguras, pero los expertos creen que faltan todavía unos diez años para que sea una realidad popular en las carreteras. El Gobierno británico cree que el futuro va por ahí y ha autorizado los primeros ensayos en la vía pública con coches sin conductor, en los que ha invertido 25,7 millones de euros. Se llevarán a cabo en la amplia plaza frente al O2 Arena, el gran coliseo de conciertos pop de Londres; en Bristol, Coventry y en Milton Keynes, una ciudad futurista, creada al norte de Londres en los años 70.
«Estamos en una etapa muy temprana todavía, pero es un paso importante para situarnos en punta de lanza de esta nueva tecnología.Los coches sin conductor son el futuro y queremos que Gran Bretaña esté al frente de un desarrollo tecnológico tan atractivo», comenta Clarie Perry, la secretaria de Transporte del Gobierno. El Ejecutivo conservador, que alardea de que el país ya se ha convertido en laboratorio del coche eléctrico y de prototipos para la Fórmula 1, ha hecho cálculos de cómo evolucionará la nueva industria y estima que en 2025 moverá 900.000 millones de libras anuales.
La primera pregunta que se nos ocurre a todos es evidente; ¿cómo se evita el castañazo en un coche sin conductor? El vehículo avanza orientado por cámaras y radares y sensores ultrasónicos. «Se orienta como un murciélago», explican sus inventores. En la plaza del O2 Arena se probará el llamado Meridian, un vehículo lanzadera de varias plazas, que recuerda a los carritos de golf y avanza a muy poca velocidad, equivalente al trote suave de un adulto.
En Milton Keynes y Conventry circularán unos cochecitos de dos plazas que recuerdan al pequeño Smart, que han sido pintados con los colores patrióticos de la Union Jack. En el futuro se cree que servirán para comunicar a la gente que sale de las bocas del metro con sus domicilios en los barrios residenciales.
La llegada de los coches sin conductor, aunque sea de un modo tan primario, obligará a modificar normas de circulación y establecer férreos controles de mantenimiento. El Gobierno británico aprobará en primavera un primer código de funcionamiento, para que sea posible que los autónomos que lo deseen puedan efectuar pruebas, siempre que se atengan a esas normas. La ley que regulará de manera completa el sector, contemplando ya coches en las carreteras, se espera que esté lista en el verano del 2017.
El coche eléctrico no convence sin embargo a la opinión pública. Subirte a un vehículo que va solo todavía impresiona, aunque probablemente los sensores y los radares resulten bastante más seguros que la mayoría de los conductores, pues no conocen las distracciones, las temeridades ni los cabreros al volante. El 43% de los británicos rechazan que circulen por las carreteras y el 25% aseguran que no se subirían a uno de ellos.
Estados Unidos es el primer país que ha legislado sobre los coches sin conductor. Lo han hecho cuatro estados mientras otros quince los rechazan. En Europa solo Alemania y Suecia han aprobado normativa al respecto, y ahora se sumará el Reino Unido.
Por ahora los coches sin conductor cuentan con dos enemigos que los inutilizan, la nieve y la niebla. Demasiado todavía para la robótica. Pero todo se andará…
Fuente [Abc.es]