«Una intelectual del porno». Así se (auto) define la mítica Sasha Grey, ex actriz de películas triple X y creadora del nuevo fenómeno de marketing de la literatura erótica: La Sociedad Juliette (Grijalbo).
Mientras ese increíble furor editorial llamado Cincuenta sombras de Grey sigue todavía, dando frutos, esta otra Grey empieza a hacer estragos aunque el homónimo es pura casualidad y su novela nada tiene que envidiarle a la antecesora. «Estaba harta de leer historias de mujeres jóvenes e inocentes en el proceso de encontrar a mister perfecto -declaró Sasha. Escribir esto, para mí, fue un proceso liberador».
Claro que sin la tremenda repercusión de E. L. James, difícilmente hubiera podido lanzar su primera novela con el éxito asegurado, como ahora. A menos de un mes de su publicación (en más de veinte países), ya está garantizada su continuación en saga, su arribo al cine y varias alianzas comerciales en distintas partes del mundo.
Las causas del furor de la literatura erótica entre el público femenino aún son inciertas. Pero si muchos englobaron a Cincuenta sombras en el género mommy porn y atribuyeron el pico de ventas al combo lectura fácil+novela rosa+escenas cuidadas para atraer a mujeres maduras sin asustarlas, el libro de Sasha, claramente, sube la apuesta. En La Sociedad Juliette hay orgías mixtas, lenguaje explícito, sadomasoquismo, cruces entre sexo y dinero, y poco, muy poco, librado a la imaginación.
Juzgarlo en términos de calidad literaria, honestamente, no tiene mucho sentido: no está allí lo interesante de la propuesta. Aun así, Sasha Grey es conocida por su cultura cinéfila (Buñel y Kubrick son sus directores preferidos y no falta algún que otro guiño a sus películas) y, además de las recurrentes citas a Freud y Foucault, hay un juego narrativo con los lectores bastante logrado. De entrada, por ejemplo, la autora elige la segunda persona y establece un pacto con nosotros. «Antes de que empieces a leer este libro dejemos las cosas claras -escribe en la introducción-. Quiero que hagas tres cosas por mí:
1. No te ofendas por nada de lo que leas a continuación.
2. Olvida tus inhibiciones.
3. A partir de ahora, todo lo que voy a contarte debe quedar entre tú y yo.
¿El argumento? Catherine, la protagonista, es una estudiante de cine que descubre un club secreto; un lugar de encuentro de personas poderosas que quieren explorar el lado más oscuro de sus fantasías sexuales. Y en clarísima alusión al Marqués de Sade, el aprendizaje de esta chica y su incursión en el submundo del sexo no convencional será el plato fuerte de la historia. Quien quiera ver similitudes con la propia Sasha (cuyo nombre real es Marina Ann Hantzis, aunque mantuvo como autora el seudónimo de las películas triple X) no se sentirá defraudado. «Escribí La Sociedad Juliette porque tenía la sensación de que no había novelas eróticas con las que pudiera identificarme. Catherine es mi álter ego, somos del mismo lugar», provoca Grey. Aun así, lo cierto es que con su camisa blanca, los jeans y el tono relajado parece más una compañera de trabajo, una vecina, la prima o la hermana de alguien, antes que la reina sadomasoquista que gritaba obscenidades en las películas que la lanzaron al estrellato.
Pocos años de carrera alcanzaron para convertirla en mito, aun cuando se mantuvo siempre como esas chicas autopornificadas de las Webs amateurs. Nada de siliconas ni rubios platinados ni labios como churrascos en su piel blanca como la nieve: Sasha Grey atrae por su naturalidad. «Entré al mundo del porno para explorar mis fantasías en un entorno controlado», declaró, y también dijo que lo que le interesaba de ese universo era que se trataba de uno de los pocos ámbitos donde las mujeres podían ganar más que los hombres. ¿Know out a las feministas o nueva defensa del género? Lejos de la postura machista que ubica a la mujer como objeto, ella reivindica al día de hoy el rol activo que puede ejercerse desde una decisión voluntaria. «Yo lo elegí porque era un lugar seguro para explorar mi sexualidad», dice. Aunque se retiró a los 21, cuando otras recién aterrizan, nunca renegó de su paso por la industria.
Desde entonces protagonizó la serie Entourage, las películas The Girlfriend Experience, dirigida por Steven Soderbergh, y Open Windows, del español Nacho Vigalondo y de próximo estreno. Además participó en el video de la banda The Smashing Pumpkins y The Roots, es DJ y miembro del grupo de música electrónica aTelecine. Tiene más de 800 mil seguidores en Facebook y es un ícono pop que sigue marcando tendencia al reivindicar la escritura de la novela como estrategia de exploración, tanto propia como ajena.
«Quisiera que a partir de esa historia la gente se haga preguntas y explore su propia sexualidad; quiero que los lectores abracen sus fantasías después de leerlo, no que se sientan avergonzados ni reprimidos», asegura. Y también cuenta sin sonrojarse que en el proceso de escritura, sintió excitación sexual. Quedará en sus potenciales lectores la posibilidad de experimentar lo mismo. El juego ya está abierto.
[Fuente: el-nacional.com]