La solitaria parada de autobús en el pueblo de Milburn, en el Valle Edén -la zona menos poblada de Inglaterra-, ampara a «uno que otro caminante en el verano, pero a nadie ahora» en invierno, cuenta un conductor de la zona.
Los residentes locales no estuvieron de acuerdo sobre la «absoluta soledad» de este sitio en el condado de Cumbria. Aclararon que el paradero es utilizado por un máximo de seis o siete pasajeros a la semana.
La BBC les preguntó a sus lectores si se ésa era la parada de autobús más solitaria del país y estos sugirieron otras curiosas opciones.
Mencionaron, por ejemplo, paradas que nadie se digna a usar o que, por encontrarse en pueblos remotos, son consideradas un verdadero lujo. BBC Mundo escogió cinco.
1.- En compañía de Shaun
En el extremo norte del Parque Nacional de North York Moors se encuentra un decadente refugio de ladrillo «en un espléndido sitio aislado, en un cruce de carreteras en el medio de la nada», dice la funcionaria de transporte Di Wright.
Las únicas casas visibles desde la parada están a millas de allí y cualquiera que necesite un aventón tendrá que sentarse a esperar.
«Actualmente la parada es servida por una línea de buses, la número 26. Esto comprende un servicio jueves por medio para llegar al pueblo más cercano, Guisborough, en el día en que hay mercado», dice Wright.
Exactamente quién utiliza el paradero es algo difícil de saber.
«Supongo que sólo caminantes ocasionales usan esta parada o algún ciclista para un picnic, ya que cualquiera de los que viven acá usaría el auto», asegura Wright, quien vive en Castleton, cerca de allí, y pasa en carro por el lugar casi todos los días.
Afortunadamente, quien se encuentren esperando allí tiene opciones para entretenerse.
En un día soleado, sobre todo cuando el brezo está en flor, la vista es «impresionante».
Pero si llueve, siempre existe la posibilidad de sentirse acompañado por el «excelente» graffiti Shaun the Sheep (la oveja Shaun), que apareció durante el último año para ser admirado mientas pasan las horas. O los días.
2. El refugio de las ovejas
Una parada de la isla de Islay, en el oeste de Escocia, se ha convertido en el hogar de varias ovejas de la zona, según reporta Alex Cunnigham.
Sin ponerse nerviosas por los pasajeros del aeropuerto Glenegedale -que opera varios vuelos semanales a ciudades como Glasgow-, las ovejas se convirtieron en las dueñas de casa.
Cunnigham, oriundo del pueblo de Hawick, en el sudeste de Escocia, cree que las criaturas se «refugian del mal tiempo».
Para ser exactos, la parada de autobús del aeropuerto no es muy solitaria, ya que es visitada por varios autobuses al día. Sin embargo, Cunningham, que ha visitado la isla varias veces, dice que nunca ha visto un vehículo o pasajeros.
¿Habrán logrado las ovejas su objetivo de adueñarse del lugar?
Imágenes de Google Street View revelan que el aeropuerto es uno de los pocos en Reino Unido que cuentan con una cerca para el ganado dentro de su perímetro de seguridad.
3. La parada conocida como ‘3300BA0497’
«Hay una vieja parada de autobús de madera, que se encuentra en el Parque de Clumber, en el condado inglés de Nottinghamshire, y es conocida por mí y por mi equipo como 3300BA0497. Para otros es simplemente ‘campo de críquet'», cuenta Craig Garrard.
Garrard trabaja para el departamento de transporte del condado instalando y manteniendo paradas de autobuses y refugios en toda la región.
«Tristemente, esto significa que estoy muy consciente de las localizaciones de las paradas de autobús y de su historia», afirma.
3300BA0497 se encuentra en medio de una serie de hermosos bosques y zonas verdes en un área de 15 kilómetros cuadrados, propiedad de la fundación británica de conservación National Trust, pero no ha visto un servicio de transporte regular «por muchos años».
Pero no todo está perdido. Pese a la ausencia de autobuses, uno podría contar con la compañía en un día lluvioso.
«Al menos puede dar refugio a aquellos visitantes que quedan atrapados por una lluvia pasajera mientras exploran el terreno», admite Garrard.
4. El 23A, ruta a un pueblo abandonado
Una vez al año funciona un servicio de autobús desde la llanura de Salisbury, en el sur de Inglaterra, hacia la aldea abandonada de Imber, cuenta Michael Meilton, un vecino de la zona.
Iniciado hace cinco años por un grupo de entusiastas de los autobuses, el viaje lleva a los pasajeros a una zona que fue evacuada por el Ministerio de Defensa en 1943 y ahora es usada con fines de entrenamiento militar.
El servicio 23A «es un servicio normal de autobús, registrado ante las autoridades», dice Meilton.
«Los pasajeros pueden subir y bajar en cualquier punto de la ruta y pagar una tarifa por el viaje».
Las paradas de autobús en Imber no están «precisamente aisladas, ya que tienen un pueblo fantasma al lado», admite Meilton, oriundo de Chippenham.
Pero «nadie vive allí y está fuera del circuito 350 días al año».
No hay paradas permanentes de autobuses en el lugar, como advierte Gregory Beecroft, un lector que también destaca en la competencia.
«Si se instalaran, no durarían mucho, ya que el 23A se desplaza a través de los campos de tiro del ejército».
5. Cabo Wrath: sólo con cita previa
La parada de autobús para los pasajeros que van de excursión a la zona de Kearvaig, en el Cabo Wrath, Escocia, se lleva el título del lugar «fuera del agua» más solitario de Reino Unido, dice el lector Kevin Roy.
«El camino no está siquiera conectado con el resto de la red de carreteras del país y los dos minibuses que unen el Cabo Wrath y el ferry de pasajeros en Durness, son los únicos vehículos no militares que se desplazan por ahí.
«La parada de autobús es apenas un cruce de calles en un páramo desolado que es usado como campo de tiro por las fuerzas armadas y no está marcado con ningún cartel».
La ruta tiene unos 17 kilómetros y no tiene un cronograma regular, advierte Roy.
«Los conductores de autobús te dejan y te recogen en el lugar habiéndolo acordado previamente».
Mientras esperaba ahí con su esposa un vehículo no llegaba, Roy, un técnico de Luton -en el sur de Inglaterra-, se dio cuenta de que estaba en «el fin de la tierra».
«Con el atardecer y la hora del último ferry cada vez más cerca, nos alarmó estar esperando en este páramo abierto durante horas».
El autobús había sufrido un desperfecto y finalmente le tocó al conductor del siguiente vehículo llevarlo a Roy y a su esposa a la terminal del ferry. Lograron llegar a tiempo para el último servicio del día.
[Fuente: Bbc.co.uk]