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Dicen que las abuelas malcrían, pero un estudio antropológico en Estados Unidos concluyó que las mujeres longevas pasaron los genes que aumentaban la esperanza de vida a sus nietos, y así sucesivamente.
La investigación explica que cuando ciertas mujeres -pasada la edad fértil- ayudaron a alimentar a sus nietos, permitieron así a su prole tener más descendencia en intervalos más cortos. Esto al liberar a las familias de la preocupación del cuidado de los niños.
Así lo determinó el trabajo coordinado por Kristen Hawkes, de laUniversidad de Utah (EEUU), basándose en una simulación matemática evolutiva denominada «hipótesis de las abuelas», la cual fue realizada con la ayuda de modernos programas computacionales.
En concreto, el trabajo demostró que los cuidados de las abuelas a sus nietos pueden aumentar hasta en 49 años la esperanza de vida de éstos, en un período evolutivo relativamente «corto» (esto es de 24.000 a 60.000 años, según las simulaciones).
Cabe señalar, que esto no ocurre con nuestros parientes más cercanos, los chimpancés, puesto que las hembras de estos primates viven sólo algunos años más allá de la menopausia. Por ello mueren poco tiempo después de volverse infértiles y sin tiempo suficiente para «ser abuelas».
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