En tiempos en los que la Unión Europea ha aumentado sus amenazas a Polonia y Hungría debido a su negativa por acoger refugiados e inmigrantes ilegales, ambos países han insistido en que no piensan cambiar su postura.
Peter Szijjarto, ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, ha repetido que tras reunirse con Joachim Brudzinski, ministro del Interior de Polonia, ambos países van a aumentar su colaboración contra la llegada de refugiados e inmigrantes ilegales.
“Tras la presión que estamos recibiendo por parte de la Unión Europea, la colaboración húngaro-polaca en relación a asuntos migratorios está más fuerte que nunca”, ha dicho.
“No vamos a aceptar ningún plan de la Unión Europea que conlleve el recibir refugiados o inmigrantes. No hay negociación posible sobre la cuota migratoria. Nosotros la rechazamos al cien por cien”, continuó diciendo.
A principios de semana, Charles Michel, primer ministro belga, lanzó un ultimátum a Hungría debido a su postura antiinmigración. Viktor Orbán, presidente húngaro, respondió directamente, asegurando que “continuarán luchando contra aquellos que quieren cambiar la identidades cristianas en Hungría y Europa”.
“Hungría no va a convertirse en un país que reciba inmigrantes por obligación. No aceptaremos inmigrantes ilegales”, continuó.