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Una mujer británica se enfrenta, junto a su pareja, a la cárcel por haber encerrado a su hijo de 10 años en un cuartucho anexo a su casa. Un colchón sucio, un saco de dormir y un orinal de porcelana era todo lo que ha tenido este niño durante algo más de un año. Al parecer, su madre y la pareja de ésta lo encerraban al volver del colegio.
La alarma saltó primero en la escuela donde sus profesores, preocupados por las condiciones en las que solía llegar el niño a clase, dieron aviso a la policía. Entonces se descubrió que el niño dormía en el antiguo depósito de carbón de la casa, un cuartucho sin ventilación en el que lo encerraban cada noche y a veces durante más horas. Además, según fuentes del Daily Mail, era confinado allí como castigo por sacar comida de la nevera sin pedir permiso antes.
El antiguo depósito tenía el espacio justo para un colchón individual y contaba con una mini ventana sellada y una bombilla. Cuando la policía descubrió el ‘agujero’, se encontró un plato con restos de comida y el orinal lleno. Un detective de la policía de Lancashire, ha declarado que el lugar era peor que una celda de comisaría. Mientras el niño permanecía encerrado en su particular celda, su madre y su pareja podían pasar las horas tranquilos viendo televisión en el sofá.
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