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Ambas marcas ocupan los primeros puestos en el ranking de ventas de smartphones, están de moda entre el público y, quizás por ello, son las que más aprietan el bolsillo del cliente. El iPhone 4S, el teléfono más caro del momento, tiene un precio de 799 euros en el mercado libre. Algo que se debe a que Steve Jobs siempre apostó por equipos muy elaborados tecnológicamente y por encima de la media en precio.
Pero no es la única compañía con esta política de ventas. Aunque no en todos sus modelos de gama alta, Samsung sí se ha sumado al carro de Apple y ha puesto en venta su última creación, el Samsung Galaxy Note, a un precio de 729 euros.
Hay que tener en cuenta de que estamos hablando de los dos modelos ‘tope de gama’ de los fabricantes de telefonía móvil más fuertes del momento, pero, ¿qué sucede con su competencia?
Nokia, el primer vendedor de teléfonía móvil -que no de smartphones- tiene el modelo más costoso de su catálogo, el Communicator E7, a un precio de 699 euros, cerca pero no al nivel de sus competidores.
Por su parte HTC, fabricante asiático, acaba de presentar un terminal con el que pretende entrar en el mismo segmento que el iPhone 4S y el Galaxy Note. Es el equipo más potente de HTC y su precio es de 649 euros; 80 euros menos que el modelo estrella de Apple y 150 euros menos que el de Samsung.
Precios de otra galaxia
El iPhone 4S y el Galaxy Note están entre los equipos más caros de la historia si se mira al mercado masivo, pero si se atiende al público más elitista, aquél con nóminas millonarias, los precios se disparan, y de qué manera.
Es el caso del dispositivo Le Millones, un equipo de la firma GoldVish con un precio de -siéntense si no lo están- un millón de dólares que ha entrado en el libro Guinness de los Récords como el teléfono más costoso del mundo. Este precio se debe a que está recubierto por diamantes de 120 kilates.
Vertu es otra de las marcas que desde hace años monopoliza el mercado del superlujo en el sector de la telefonía móvil. Su modelo Signature Cobra se comercializa a 310.000 dólares y ha sido diseñado por el joyero francés Boucheron. Está adornado con un generoso diamante, 439 rubíes y dos esmeraldas. Ahí es nada.