La «medicina» de la sexualidad

Cuando salió al mercado, hace ya 14 años, la bautizaron como la “píldora mágica” o “pastilla de la felicidad”. Y con toda razón. Hasta ese momento, hablar sobre la salud sexual del hombre era un tema que era motivo de burlas y de vergüenza.

Pero llegó Viagra y, según muchos, todo cambió.

Para empezar, antes de la aprobación de la famosa pastilla azul se hablaba de impotencia con todas las connotaciones peyorativas que tenía para la masculinidad del hombre. Mientras que hoy se describe como disfunción eréctil (DE) y se reconoce como una afección de salud que, en la mayoría de los casos, tiene tratamiento.

La pastilla también les dio una opción real de mejorar su erección a un gran por ciento de hombres -aún a aquellos con otros problemas de salud- además de revolucionar la manera cómo se miraba la sexualidad, particularmente en hombres mayores de 60 y 70 años.

De hecho, muchos creen que validó la sexualidad de las personas de edad avanzada y les “dio permiso” para manifestarla. Además, propició que tanto los profesionales de la salud como los pacientes hablaran sobre un tema que, hasta ese momento, era tabú para muchos.

Y es que la disfunción eréctil -la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria- afecta (con severidad variable) al 15% de la población masculina de 40 a 70 años y al 52% de los mayores de 70 años.

La disfunción eréctil

Generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, una lesión o debido a efectos secundarios de medicamentos. Pero cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o deteriore el flujo de sangre al pene puede causar DE, advierte el urólogo Jorge Luis Rivera Herrera, con práctica privada en el Hospital San Jorge.

“Según van pasando los años, el hombre puede ir perdiendo esa habilidad debido a cambios vasculares en las arterias del pene, como arteriosclerosis (depósitos de grasa) y la respuesta circulatoria se va perdiendo”, explica Rivera, aunque aclara que la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento.

Lo que pasa, agrega el urólogo, es que el mensaje eléctrico neurológico muchas veces no está acoplado al proceso de dilatación de las arterias. Además de que puede ir a la par con otras condiciones como la diabetes, alta presión y colesterol alto.

De hecho, la transmisión de la señal nerviosa puede que no sea la más adecuada en los casos de pacientes diabéticos, hipertensos y los que sufren de colesterol alto porque la arteria no dilata como debe.

Pero con la llegada de Viagra, así como Cialis y Levitra, se facilita el proceso de dilatación de la arteria, explica Rivera, aunque destaca que estos medicamentos solo ayudan si todavía hay cierta funcionalidad de los nervios. “Si hay algún daño, el medicamento no va a funcionar”, sostiene.

El urólogo cree, además, que estos medicamentos también han propiciado que el hombre acepte que hay condiciones médicas que pueden afectar su sexualidad. Esto ha permitido que busque atención, lo que ha redundado, indirectamente, en una mejor salud para los varones.

“Hoy el hombre sabe que puede tener una disfunción eréctil sin que eso afecte su masculinidad”, sostiene Rivera, mientras resalta que la campaña de publicidad que se ha llevado a cabo para dar a conocer los medicamentos y las figuras que han aparecido diciendo que los usan también ha ayudado a que el hombre busque ayuda médica y sea más abierto al momento de explicar lo que le pasa.

“Ahora el paciente se siente más cómodo de decirlo. Es más, vienen antes de que suceda o llegan preocupados porque ya no tienen la misma erección de antes”, agrega el urólogo.

Algunos efectos

Todo medicamento puede tener efectos secundarios inesperados, señala el doctor Rivera, tras resaltar la importancia de consultar con el médico antes de iniciar un tratamiento con, por ejemplo, Viagra.

Entre los efectos negativos de esta medicina, Rivera menciona dolor de cabeza, malestar estomacal y sensación de enrojecimiento de la cara. “Por lo general, son eventos bien tolerados por las personas”, indica Rivera, quien también destaca que puede bajar un poco la presión sanguínea.

“Aquí lo importante es que antes de utilizar el medicamento, el paciente sea evaluado completamente y conocer qué medicamentos toma para poder evaluar si hay algún tipo de interacción”, explica Rivera.

También se debe tener en cuenta que ahora tenemos enfermedades emergentes -sexualmente trasmisibles- que antes no se veían en poblaciones de edad avanzada porque no tenían actividad sexual penetrativa. Y aunque los profesionales de la salud resaltan que no se puede vincular como la única causa, favorece que haya un aumento. Más que nada, debido a que el hombre, al saber que tiene esa alternativa, puede incurrir en unas prácticas sexuales que no necesariamente están planificadas.

Otra posible situación es que la mujer que ya no tiene reemplazo hormonal de rutina no esté preparada para hacerle frente a una pareja activa sexualmente, especialmente porque el acto sexual puede ser doloroso debido a la falta de lubricación o a atrofia vaginal. Sin embargo, la realidad es que en el mercado hay muchas formas de trabajar esta situación. Por ejemplo, con lubricantes artificiales.

Si la vas a tomar

• Visita a un urólogo, de ser posible, uno que sea especialista en disfunción eréctil. Estos especialistas revisaran tus opciones terapéuticas para ver si Viagra o cualquiera de los otros medicamentos en el mercado, es el mejor tratamiento para ti.

• Es importante que te hagas un abarcador estudio médico para determinar si tu disfunción eréctil es resultado de una enfermedad cardiaca latente, de diabetes, alta presión sanguínea u otras condición médica.

• Si has estado llevando una vida bastante sedentaria, prepárate para comenzar un programa de rehabilitación cardiaca antes de reanudar la actividad sexual.

• No tomes Viagra si estás tomando nitroglicerina u otros medicamentos con nitrato. Esto podría llevar tu presión sanguínea a niveles peligrosamente bajos.

• Si tomas Viagra y tienes problemas después del sexo, asegúrate de decirle al médico que atiende la emergencia que has estado tomando el medicamento. Esto evitará que te administren medicamentos que pudieran interactuar y empeorar tu salud.

 

[Fuente: Agencia]