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A tanto ha llegado la adicción de algunos jóvenes por el alcohol, que se las ingenian para buscar estrategias poco notorias para embriagarse. Tal situación debe generar un llamado de atención en las familias, ya que las consecuencias pueden ser nefastas en la vida de un adolescente.
El nuevo juego que se está instaurando es simple: se trata de sumergir las típicas gomitas con forma de oso en vodka, ya que de este modo el sabor y aroma del alcohol se pierden, consiguiendo así un estado de ebriedad que no deja mayores huellas.
Esta dinámica que comenzó en Estados Unidos, poco a poco se ha ido expandiendo en las redes sociales, sin considerar la severa intoxicación que puede producir. La psicóloga de la Universidad del Pacífico de Chile, Paz Valenzuela, nos señala que esos juegos hacen del beber una actividad lúdica sin serlo: “Para los adolescentes es muy complicado negarse a participar de estas prácticas, ya que les permiten sentir que pertenecen al grupo. Ser diferente es bien difícil y para lograrlo es necesario estar bien sostenido, sólo eso podría avalar que un joven se niegue”, indica.
De modo que es fundamental atacar las causas que provocan esta situación, argumentando la especialista que tiene que ver con la facilidad de acceso al alcohol, y que tiene una connotación social muy valorada.
“En todas las celebraciones hay alcohol disponible, es decir, se asocia su consumo a pasar un momento agradable, a compartir, ya sea con amigos o con la familia. Además, entre los adolescentes se usa como un medio de distensión social, una manera de entrar a un grupo y de pertenecer a él, piensan que sirve para relajarse frente a las exigencias sociales”, señala.
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LaPatilla.com