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Seguro que alguna vez, durante la intimidad con tu pareja, le has pedido realizar alguna posición que viste – o que aún sueles ver – en una película pornográfica. Pues si pensabas que con esa solicitud ibas a tener un mejor desempeño sexual, estás equivocado.
“La pornografía es un representación pagada y profesional de actores. Es una fantasía, no pretende ser un libro de reglas, una guía o un cómo-hacerlo como regla general. Y esto demuestra lo pobre que nuestra educación sexual en este país (Estados Unidos) que la gente se reduce a mirar a un medio de entretenimiento para obtener información sobre su cuerpo”, dijo la actriz porno Nina Hartley en conversación con The Huffington Post.
Sobre el tema, Jincey Lumpkin, abogada, productora pornográfica y columnista de este medio online, señaló que el “porno” implica, “poses para la cámara”, ángulos “halagadores” y “edición de las escenas” – todo lo cual, si es recreado por cualquier persona, puede “a veces quitar el placer y el disfrute” de sus experiencias sexuales.
Para la próxima, hazle caso a las expertas en el tema.
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