La ruta del cambio climático: huellas de una inminente desaparición (Fotos)

Hasta hace algunos años, uno de los mayores atractivos turísticos al visitar Huaraz y casi una parada obligada era el nevado Pastoruri. La montaña se erguía esplendorosa y abría sus puertas a miles de turistas de todas partes del mundo. En su mejor momento, en la década de 1990, recibía a un aproximado de 100 mil visitantes al año. Era la parada soñada de viajes de promoción, paseos familiares y vacaciones.

Así lucía el Pastoruri en el año 2004. Foto via `Rumbos´

El brillo de su hielo y la nieve era tal que para los visitantes era necesario el uso lentes protectores. Un manto blanco se extendía a lo largo de la montaña y le permitía a muchos peruanos cumplir un sueño que quizás veían muy lejano, poder tocar la nieve, jugar con ella y hasta intentar armar un muñeco, muy al estilo americano.  Para las personas que ya estaban más relacionadas con la nieve, sobre todo los extranjeros, era un buen punto para hacer deportes extremos como esquí, snowboard y escalada de roca.

Poco queda de ese oasis de ensueño en el corazón de la cordillera andina. En un proceso de desglaciación acelerada el nevado Pastoruri se ha encogido a la mitad en menos de veinte años y ahora se extiende sobre apenas 900 metros cuadrados. El calentamiento global lo ha golpeado fuertemente y las huellas son irreversibles.

El significativo retroceso de su masa glaciar se hace evidente con solo recordar como lucía hace solo algunos años atrás. Los espacios entre los limitados copos de nieve que aún se resisten a desaparecer se hacen más pronunciados. Ahora predominan las rocas expuestas y el hielo aislado con aserrín para procurar retardar su derretimiento. Las grietas que se han formado dificultan el acceso a los turistas.

Uno de los símbolos más representativos del nevado, casi casi como una postal impuesta al visitarlo era la famosa cueva de hielo, que hoy en día ha dejado de existir y en su lugar se encuentra una laguna en plena formación.

A raíz de la disminución turística muchos de los pobladores de la comunidad de Catac en la provincia de Recuay se han visto enormemente afectados. Durante mucho tiempo su sustento económico dependió del turismo del lugar y ahora, ante esta cruda realidad, muchos se han visto obligados a migrar en busca de nuevas oportunidades o simplemente ingeniar maneras de sortear las nuevas dificultades que afrontan.

Y la nieve sigue desapareciendo. Foto vía ‘Rumbos’

Una nueva ruta turística

En efecto, no todo es negativo en este panorama. El peruano, tan conocido por su recursividad, halló la manera de darle vuelta a la tragedia y sacar de ella algo positivo. Así nació la idea de ‘La ruta del cambio Climático’.

El gerente general de Golden Expeditions, una conocida agencia de turismo Huarasina, Denis Luna, explica que esta ruta, inaugurada hace cuatro años, tiene un trayecto de aproximadamente 35 kilometros y comprende la parte derecha del nevado y consiste en el recorrido de lugares donde se pueden apreciar restos fósiles y lo que aun queda de fauna y flora en el lugar. Además, un mirador in situ desde donde se pueden visualizar con claridad los efectos del cambio climático, reflejados a primera vista en el retroceso del glaciar. Y finalmente una vista a la nueva laguna en formación.

Foto: sernanp.gob.pe

La iniciativa nació de un trabajo en conjunto del Parque Nacional Huascarán y la municipalidad de Catac. Específicamente, en todo el proceso de la elaboración y acondicionamiento de la ruta han estado involucrados el Servicio de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Ministerio de Turismo y la municipalidad y comunidad campesina de Catac.

Se crea como una alternativa viable a la crisis climática y hoy por hoy funciona como un perfecto ejemplo del calentamiento global y sus temibles efectos en nuestro ecosistema. Para algunos es una ruta que permite la concientización en torno al tema y aumenta la sensibilidad en cuanto a el uso racional del agua, ya que la desglaciación ha reducido las reservas.

Para Luna, la ruta ha tenido bastante acogida, especialmente con científicos e investigadores interesados en una experiencia palpable de este proceso. Sin embargo, admite que el numero de visitantes se ha reducido considerablemente y culpa en gran medida a la mala información propagada por los medios que pintan la situación de la manera mas catastrófica posible.

En cuanto a este punto concuerda con el glaciólogo e investigador huarasino Benjamin Morales Arnao, quien afirma que parte del problema de reducción turística se debe a una falta de información generalizada que demerita la ruta y genera una impresión de la situación más caótica y fatalista de lo que en realidad es. Asegura que el nevado aún tiene mucho por ofrecer y que tiene la capacidad de perdurar más de 10 años. Digamos que, coloquialmente, habría Pastoruri para rato.

Si bien es meritorio lo ingenioso de la ruta, es más probable que los más impresionados sean investigadores y personas con intereses científicos, tomando en cuenta que una persona común y corriente viajaría para observar una serie de información integrada por videos y fotografías de cómo lucía antes el nevado y un recorrido compuesto de ausencias, de cosas que solían estar y ahora han desparecido. No para todos resultaría un panorama tan alegre.

La verdad más incomoda de esta triste realidad no es la reducción de los visitantes anuales, son las consecuencias ecológicas de su desglaciación. Las rocas de la montaña que estuvieron cubiertas por muchos años ahora desprenden minerales que causan que el agua se vuelva ácida y no apta para el consumo humano ni para la ganadería o la agricultura por su alto nivel de metales pesados como hierro y cadmio. Además, el deshielo puede llegar a causar el desborde de las lagunas y afectar a los pueblos que se encuentran cuesta abajo, ocasionando tragedias como el alud que arrasó con Yungay.

Así lucía el Pastoruri antes y así luce ahora.

El filosofo Kant dijo alguna vez que todo nuestro conocimiento arranca del sentido, pasa al entendimiento y termina en la razón. Quizás esto pueda respaldar el que para entenderlo, para comprender realmente la magnitud del problema en el Pastoruri, habrá que caminar sus sendas.

Fuente [Espacio360.pe]