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La tradición de decorar las casas la encontramos en todos los países de tradición cristiana.. Desde siempre, el solsticio de invierno se ha festejado en todas las culturas, incluso en la tradición pagana, y la nuestra es herencia de todas ellas. Los vikingos, los druidas, los romanos, los bretones o los celtas nos transmiten festejos en estas fechas en forma de San Nicolás, Santa Lucía, Father Christmas, los Reyes Magos o la Bruja Befana, y todos han llegado a nuestros días como los responsables de premiar al que se ha portado bien y castigar a los que se han portado mal.
PRIMEROS ADORNOS
Herencia de los druidas, las ramas de acebo o el muérdago (bajo el que se besaban los enamorados), daban buena suerte y buenos augurios para el próximo año. De ahí surgieron las coronas de adviento, celebrando los cuatro domingos anteriores a la Navidad y la corona colgada de la puerta de entrada y que supone el pistoletazo de salida para decorar las casas. Como en todo el hemisferio norte es invierno, las luces son importantes en forma de velas o de guirnaldas de leds que se colocan sobre el árbol, en las escaleras, frente a las ventanas o en la puerta de la casa.
¿PONEMOS ESPUMILLÓN?
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Todo vuelve y es mejor no tirar nada. A mí me encantan las bolas de cristal o de espejo en distintos tamaños. Si hace años en las casas había más nacimientos que árboles, y estos se cargaban de bolas, muñequitos y la inevitable guirnalda de espumillón, más tarde llegó el minimalismo más esencial, y hasta los colores tradicionales de la navidad se cambiaron por la plata o el cristal.
NOVEDADES DECORATIVAS
Es distinta una casa con niños o sin ellos. Cuando los hay, lo más divertido es montar con ellos un Nacimiento lleno de figuras. Se puede incluso hacer con plastilina. Si en casa no hay niños, soy partidaria de no recargar mucho. Lo nuevo son los árboles ecológicos. En mi casa no pongo árbol, sino que ilumino con guirnaldas de leds y hago una composición con ramas secas y bolas colgadas del techo con cintas o con hilos.
Fuente [Abc.es]