El fortalecimiento de las regionales es la clave para la consolidación democrática y económica de las naciones. Hoy cuando en Venezuela se debate entre dos opciones presidenciales, se está jugando a su vez dos conceptos de organización del Estado y dos propuestas para impulsar, lo que los candidatos creen que debe ser la vía para el desarrollo del país, a través de enclaves que sostienen el Estado.
Mientras que el presidente-candidato, Hugo Chávez, habla de la profundización del denominado Poder Popular a través de una democracia comunal donde “el poder resida en el pueblo, quien la ejerce directamente”, el abanderado de las fuerzas de la disidencia, Henrique Capriles Radonski, sostiene que es la descentralización tomada de la mano de la institucionalización del Estado es el camino para reforzar la democracia y garantizar el crecimiento social del pueblo venezolano.
Lo cierto es que una de ambas propuestas marcará el futuro de la nación. Serán los venezolanos quienes escojan cuál de las dos es la más idónea para el porvenir de la tierra de Bolívar.
En estos momentos las regiones venezolanas están sumidas en un abandono total. La política de destrucción del Estado “burgués” que es parte de la visión oficial del régimen ha avanzado en esta dirección, mediantes tácticas como el del cercenamiento de los derechos de las gobernaciones y alcaldías, la recentralización del país, el nacimiento del poder comunal que crea más dependencia de las organizaciones locales y vecinales con el poder nacional residente en Miraflores.
La visión descentralizadora del país, la “nutrición” a través de un Estado de derecho que sí se cumpla, es parte de la visión que viene manejando el Comando Venezuela de Capriles. En las propuestas de Gobierno de éste se acentúa el concepto de democratización del Estado, pero mediante la consolidación de las instituciones públicas.
Desde el punto de vista psico-social el gobierno de Hugo Chávez pretende arraigar la dependencia de la sociedad hacia la visión totalizante del Gobierno; mientras más subordinación exista por parte de las organizaciones sociales a la Presidencia de la República, ésta podrá desde las cumbres del poder crear un Estado comunal o comunitario “títere” que se mueva mediante el manejo de los hilos del poder de Miraflores.
El mensaje de la descentralización que viene empleando Capriles Radonski no posee gran repercusión en los grandes capas sociales del país, es un concepto poco atractivo, inclusive en algunos sectores de la sociedad se mantiene un mal recuerdo de gobierno estadales y locales que crean un clima hostil a esta propuesta, no obstante el extremismo centralista del régimen hace a esta misma fracción ver con cierta dejadez la re implementación de la democratización del poder en las instituciones de éste carácter.
Psicología y comunicación
El manejo del mensaje es fundamental para que la población decida cual debe ser el camino para la construcción de un futuro de desarrollo nacional basado en el progresivo avance de las regiones.
El discurso oficialista gira en recordar el “fracaso de la cuarta república”. El presidente-candidato volviendo a utilizar su buen manejo del escenario y de las palabras trata nuevamente de crear zozobra en los sectores sociales que ayer lo favoreció su voto por el rechazo natural que éstos poseen hacia lo que califican de “odioso ayer”. Pero la eficiencia en el mensaje no es igual a otrora.
El oficialismo haciendo uso de una extraordinaria campaña de imagen trata de reinventarse desde la óptica pública. El slogan “Corazón de mi Patria” no sólo es una simple vinculación semántica, y psicológica entre la mayoría de la población y el líder, también juega un papel fundamental en el adoctrinamiento popular, debido a que sostiene brevemente la visión “revolucionaria” del Estado, trata de influir en los electores insertando en su sub-consciente la triada emoción-poder-líder.
Del lado del Comando Venezuela no se ha maniobrado en esta magnitud, por el contrario el aspirante a vivir en la Quinta de Misia Jacinta ha optado por crear una vinculación más directa con la población, con cierto apoyo mediático, en el cual el líder de la oposición esgrime los problemas puntuales de cada una de las regiones visitadas y explica que los males son producto de la grave situación centralista del régimen y “el camino es la descentralización”.
Tratando de hacer una vinculación directa entre emoción-triunfalismo-líder Henrique Capriles diserta sobre su origen, aseverando que es hijo legítimo de la descentralización. Aquí el candidato disidente pretende crear una sensación de: experiencia, trabajo, constancia, triunfo, éxito y descentralización.
Aún falta para ver cuál de las dos estrategias causará mayor impacto entre los electores.
Reto es y será
Pase lo que pase el 7 de octubre en medio de la elección presidencial, el desarrollo de las regiones es un reto para quien le tocará guiar los destinos del país.
Sea el poder comunal o la descentralización administrativa e institucional, cualquiera de las dos debe reportar para la salud histórica y pública de los venezolanos un crecimiento de la sociedad desde el punto de vista social, cultural, económico y humano, de lo contrario puede ser que el futuro sea enigmático y poco alentador.
Por José Dionisio Solórzano @jdsolorzano