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Ya lo hemos dicho en otros artículos, ¿dónde se ganan o se pierden las elecciones?: sin duda que en la mente de los electores; ha sido allí, en el cerebro humano, donde todos han logrado o no sus objetivos y es allí donde se debe dar la más ardua batalla electoral.
¿Por qué volvemos a formular la pregunta? porque es la mejor forma de abordar el tema comunicacional de esta semana: La psicopolítica.
Saber que piensan los votantes, intuir que motiva tal o cual mensaje emanado de los laboratorios comunicaciones del partido contrario o del candidato adverso ha sido un deseo histórico de todo jefe de campaña, consultores políticos o asesores de imagen, y he aquí donde surge la psicopolítica como un instrumento indispensable para alcanzar el objeto de la evaluación profunda del discurso del rival.
Todo esto nos empuje previamente a conceptualizar un poco el tema, en cualquier diccionario encontrarás la definición de psicopolítica más o menos así:
– El arte y la ciencia de asegurar y mantener el dominio sobre las ideas y lealtades de individuos, oficiales, oficinas, y masas, y de efectuar la conquista de naciones enemigas a través de la «curación mental». –
Debemos comprender que la psicopolítica es una tendencia originada desde el freudianismo, es decir, basada en la psicología profunda, que se emplea para una reflexión minuciosa de las inclinaciones emotivas de los públicos meta y del como emplear la estructuración del mensajes que te permitan una mejor penetración en los factores vulnerables de éstos.
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«La psicopolítica y el comportamentalismo embonan sus contenidos a la perfección en la medida que ambos campos tienden a influir en los problemas de la voluntad sobre la base de la manipulación de las creencias y paradigmas. Se trata, pues, de un juego que consiste en lograr que el individuo olvide las informaciones previas que hoy interfieren como norma de confianza», asegura Gastón Pardo en su escrito «Psicopolítica, Nueva Técnica de Control Social»
¿Qué te permite lograr la psicopolítica?, entre muchas cosas facilita el hecho de que el individuo tome una decisión manipulando sus propias creencias al tiempo que toma conciencia de una memoria selectiva, permitiendo un proceso de «asimilación» de mensajes previamente estructurados inclinándole a opinar, actuar o «votar» de una forma u otra.
Estas son las técnicas más importantes del proceso de persuasión: Manipular emociones, Utilizar medios audiovisuales para la seducción, Utilizar el miedo para que el individuo ceda a la presión, Publicidad, Educación, Apuntar a las mentes más jóvenes y prometer felicidad, estas son pasos en medio de un proceso adecuación de manipulación, y son posibles mediante la psicopolítica aplicada a sectores o segmentos de la población.
En resumidas cuentas la psicopolítica es una herramienta para primero conocer y analizar las creencias de los públicos, descifrar las estrategias de los comandos, partidos o naciones enemigas y tercera para crear mecanismos comunicacionales más convincentes empleando pasos de psicología que te faciliten una comunicación más efectiva.
Recuerden que en muchas ocasiones la mente emocional es mucho más importante que la racional, si tenemos este punto como base de nuestras campañas ya habremos conquistado el primer obstáculo.
José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano