Los niveles de información, los datos que se manejen o simplemente el conocimiento son un tesoro en las campañas electorales.
Conocer qué piensan los electores, dominar a precisión científica y real lo que aspiran y desean los votantes son necesidades de todo candidato, de todo consultor y de toda la campaña entera.
¡La información!, quien la maneja, quien la manipula, quien sea su dueño posee un gran poder; si un candidato desconoce el ambiente que rodea su candidatura, si no comprende a sus públicos, si se obstina en no sumergirse en el conocimiento natural que mueve a sus posibles votantes su campaña será simple y llana pérdida de tiempo y de recursos económicos, físicos y anímicos.
Y ahora… ¿dónde y cómo conseguiremos el conocimiento necesario? Primeramente el candidato debe conocer a sus públicos, hablar con él, escucharles, prestar atención a todos los datos que éste le suministre; tal vez ese flujo de información no se logré a través del contacto directo en su totalidad, por la distorsión natural de los testimonios suministrados en esta forma, sin embargo no hacerlo representa un error.
El equipo de asesoría comunicacional debe estar atento de todo tipo de información verificable que aparezca en los medios de comunicación social tradicionales, modernos o digitales, estos son mecanismos de aprendizaje útiles para las campañas.
El ciudadano actual necesita ser escuchado, entonces debemos escucharlo.
Los sueños, las aspiraciones, las ilusiones, todos los elementos emotivos, además de los racionales son necesarios para estructurar el mensaje de la campaña, aunque el candidato debe poseer su lista de prioridades ideológicas y conceptuales estás deben ser adaptadas a los patrones deseados por los electores.
El conocimiento previo, saber que buscan los votantes, nos permitirá crear una sinergia entre el líder y sus posibles seguidores; cuando un candidato a cualquier cargo de elección está divorciado de las expectativas y anhelos de sus electores, si no conoce que necesitan o claman los sectores que conforma la opinión pública entonces podrá hablar mucho y muy bien, podrá tener un gran plan de acción, pero no le escucharán en verdad, ni menos podrá ejecutar sus ideas.
Conocer, conocer, conocer… estas tres reglas de las organizaciones de las campañas electorales pueden ser acompañadas por otro trío de parecida importancia: aprender, aprender, aprender.
El conocimiento es indispensable, igual que los asesores y consultores, y este puede ser útil visto desde cualquier óptica, sin embargo es el aprendizaje real, efectivo y consciente del candidato lo que diferencia al derrotado del vencedor.
Las estrategias de campaña, las tácticas comunicacionales y políticas, los pasos que se deben dar en procurar de alcanzar la meta: GANAR, tienen que responder a una inicial decisión: EL CONOCIMIENTO.
Si quieres lograr ser presidente, gobernador, alcalde, diputado, o cualquier otro cargo que necesite del aval de la mayoría de un país, estado, circunscripción, distrito o municipio, debes conocer muchas cosas, debes emprender estudios cuantitativos-comparativos, análisis cualitativos, entre otros mecanismos, para así poder SABER.
Para concluir les diré que si no conoces a quienes vas a gobernar, ¿mereces gobernarlos?, más allá del tema comunicacional, el conocimiento para ganar y luego para gobernar es ético.
José Dionisio Solórzano
@jdsolorzano