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Cuando un bebé aparece en la escena del hogar, todo cambia, las rutinas de la pareja se modifican y comienza a tomar forma el concepto de familia. Este es el sueño de muchas personas, pero cuando tenemos que enfrentarnos al ritmo acelerado de la vida moderna, caemos en cuenta de que no es suficiente el tiempo para atender a nuestros hijos, porque papá y mamá tienen que salir a trabajar. Entonces, el sentimiento de culpabilidad, especialmente en las mujeres, sale a relucir.
Por esta razón es que en la actualidad se apunta hacia la calidad del tiempo más que a la cantidad, y los masajes infantiles son una manera efectiva de interactuar física y emocionalmente con los bebés en las pocas horas del día que nos queda después de los compromisos laborales, sociales y del hogar. El contacto piel con piel que se complementa con miradas, sonrisas y palabras amorosas de los padres hacia el infante, permite una vinculación más intensa y coadyuva a formar las bases de una familia sólida.
Diversos estudios han arrojado resultados sobre los beneficios de esta práctica tanto en bebés como en progenitores. Los masajes fortalecen el sistema inmunológico, por lo cual tendremos niños más sanos, que se enferman menos cuando asisten al preescolar. También refuerza el funcionamiento del sistema respiratorio y circulatorio, además que ayuda al desarrollo psicomotriz. Cuando el pequeño es tomado en cuenta por sus padres, se siente más seguro y percibe que pertenece a una familia estable. Entonces, los chicos fortalecen su autoestima y poseen más confianza en sí mismos.
Thairy Baute
Twitter: @TBaute